Un relato del escritorio de Laura G. Bueno

Pitahaya

Muchas personas, incluida yo misma, se prometen que comerán mejor, harán ejercicio y en general tratarán de ser más saludables. ¿Ha encontrado el súper alimento para ello? Un alimento rico en antioxidantes, con vitamina C, ácidos grasos, vitaminas B para hidratar el metabolismo, así como caroteno y proteínas, con calcio para fortalecer los huesos y dientes, hierro y fósforo para la salud de la sangre y formación de tejidos, cuyo alto contenido de fibra ayude con la digestión. ¿Ha encontrado un alimento que fortalezca el sistema inmunológico, ayude a sanar rápidamente moretones y heridas, alivie problemas respiratorios, disminuya el colesterol, regule la diabetes, suprima la artritis y sea antiinflamatorio? ¿Suena posible? Bueno, existe un súper alimento con todos estos beneficios.

Imagínese un cactus en medio del desierto mexicano, a la mitad de la noche los botones de sus flores se abren… unos con flores blancas, otras amarillas en colores pastel, a veces rosas, parece una explosión de fuegos artificiales. Polillas y murciélagos son atraídos por el picante aroma, se apresuran a beber el dulce néctar y polinizan las flores, conocidas como “flor de luna”. A medida que el sol se levanta y sus rayos llegan a estas hermosas flores, se marchitan y mueren dejando atrás un brote rosa, rojo, naranja o amarillo. Este se convertirá en la fruta conocida como pitahaya.

[two_first] La pitahaya es una fruta de aspecto extraño de piel roja o amarilla, pequeñas espinas y pulpa roja, blanca, a veces púrpura llena de pequeñas semillas comestibles negras. Tiene el sabor de un kiwi mezclado con una pera jugosa. El cactus en el cual la pitahaya crece es nativo de México y se encuentra en abundancia por toda Baja California Sur. Se cree que los europeos introdujeron la pitahaya al resto de América y Asia, donde se llama comúnmente fruta del dragón, no porque se asemeje a un dragón, sino porque para cosechar la fruta se debe ser tan valiente como un asesino de dragones; las espinas que tiene un cactus para llegar a la parte superior y poder arrancar la fruta del tamaño de un limón, también con espinas agudas, no es para los débiles de corazón.
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¡Te invito a probar esta fruta! Rebana una pitahaya por la mitad, saca la pulpa y come, o pruébala en un jugo o licuado. Las semillas son ricas en grasas poliinsaturadas (ácidos grasos omega-3 y omega-6) que reducen los triglicéridos y el riesgo de trastornos cardiovasculares. Comer pitahayas puede ayudar al cuerpo a mantener esa función normal mediante la eliminación de metales pesados ​​tóxicos y una mejor vista. El licopeno, responsable del color rojo de la fruta, se ha demostrado que está vinculado con un menor riesgo de cáncer de próstata.

En el mes de julio, el poblado de Miraflores celebra el festival anual de Pitahaya. Esta comunidad es bendecida por estar rodeada de cactus con pitahaya. Los competidores buscan en el desierto pitahayas para participar en la competencia anual en varias categorías: la más grande, la mayor variedad recolectada, la más hermosa y la mayor cantidad de pitahayas recolectada por un competidor. Una vez que haya buscado por el desierto y exhibido su pitahaya, tal vez sea el ganador de la pitahaya más grande (no hay realmente un premio en efectivo) y puede disfrutar del resto del festival. ¡Comida mexicana, pastelería local y bailes tradicionales! Se rumora que el festival se originó con los indios nativos pericúes que cada temporada comían esta fruta todo el día y noche, cantando y bailando hasta que todos habían comido.

De cualquier manera, venga a probar una pitahaya. Sin duda la disfrutará. Como dicen ¡la variedad es la sazón de la vida!

 

La Damiana

Otra planta nativa de Baja California, así como de Texas, Centro y Sudamérica, y el Caribe es la damiana. Se trata de un pequeño arbusto que produce una flor amarilla y una fruta parecida al higo. La damiana crece en el clima cálido y húmedo. Se utiliza para hacer licor de damiana, un licor dulce.

Las hojas de la planta de damiana se consumían tradicionalmente en México con fines medicinales para tratar enfermedades incluyendo asma, dolores de cabeza y depresión. El licor de damiana fue hecho primero por los indios guaycuras en México y usado durante ceremonias religiosas.

Según la leyenda, el licor de damiana fue eventualmente prohibido por los mismos guaycuras debido a sus fuertes poderes afrodisíacos, y aún se encuentra prohibido en algunas partes de México. A las novias se les obsequiaba una botella de este licor, como regalo para fomentar la fertilidad. Las mujeres en general beben té de damiana para proteger su sistema y órganos reproductivos. Sin tomar en cuenta los mitos y leyendas, los estudios han demostrado que cuando se utiliza como una hierba, tiene beneficios saludables como aliviar la ansiedad, el nerviosismo y la depresión.

El licor de damiana es una bebida dulce y versátil que se puede tomar solo o en bebidas preparadas. En Los Cabos, se elaboran cócteles a base de damiana. Estos son algunos de mis favoritos:

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