La Liga de Básquetbol de Loreto es más que un equipo; es una comunidad donde niños, jóvenes y adultos comparten la misma pasión por el deporte. Padres, entrenadores y jugadores trabajan juntos para impulsar el talento y demostrar que el básquetbol es una herramienta poderosa para construir lazos y abrir oportunidades. Como entrenador de la Liga, Luis Francisco Rodríguez Quintana, asume la noble tarea de guiar a los niños en el juego y transmitirles su amor por el deporte: “Hemos acompañado a varios jugadores, algunos ya se han graduado del Tec de Monterrey y de otras universidades con becas por el deporte. Creo que cualquiera de los niños con los que entrenamos puede acceder a estas oportunidades y esperamos que en el futuro se presenten más casos. Nuestra labor consiste en guiarlos, educarlos e informarles sobre el proceso para alcanzar estos logros”.

Luis Francisco llegó a Loreto después de la pandemia, tras jugar con los Mineros en Santa Rosalía. Al finalizar la temporada, surgió un proyecto en Loreto y comenzó a trabajar junto a su hermano, José Rodríguez. Al principio, solo participaban los hijos de los jugadores, apenas tres o cuatro, poco a poco se sumaron más. Recorrieron colonias y escuelas para invitarlos, y así el proyecto creció hasta alcanzar hoy a 45 niños y 18 niñas.

En la cancha el juego es intenso y la competencia es real, pero al final del partido, lo que queda es el compañerismo y el orgullo de compartir un mismo sueño. “Somos una comunidad, una familia. Se trabaja en conjunto en la cancha, se compite y al final, todos nos ponemos en el círculo, tenemos el mismo nombre en frente, que es el equipo de Loreto y estamos por el mismo objetivo. Entonces, aunque en la cancha seamos contrincantes, se acaba el partido y los peques son los mejores amigos, porque están juntos logrando sus sueños”, dice Luis Francisco, porque, más allá de las victorias, lo que importa es el espíritu de equipo y los lazos que se crean.
¿Tienes alguna anécdota que te haya tocado vivir en esta camaradería?
El papá de Koby es basquetbolista también, y nos toca jugar en esa liga.
Él y Koby llegan siempre juntos en su motoneta con su balón de básquet, y es una imagen que tengo grabada: verlos llegar al gimnasio y, luego del partido, retirarse compartiendo esta pasión. Es representativo de lo que se está haciendo con los peques, porque tienen todo el apoyo de sus familias.
Koby Milan Pérez Baeza: “Me gusta que Loreto sea un lugar tranquilo y seguro. Disfruto las hamburguesas con papas, el clima y que todo esté cerca. Entre mis lugares favoritos están la cancha Dante Rojas en el parque Revolución, el auditorio y la cancha de los Pangones. La del parque es ideal porque puedes disfrutar del área mientras juegas, y la de La Mira, junto a la playa, para darnos un chapuzón después del partido. En el gimnasio, además, todos mis amigos practican deportes.
También me gusta ir al malecón, la plaza y la playa, además de ver los partidos de mi papá cuando juega. Cuando sea grande, quiero ser profesor y que Loreto siga siendo un lugar pequeño y tranquilo.
Si alguien viene de visita, lo llevaría a la iglesia, al museo y a las playas, especialmente a Isla Coronado, donde hay animales, como lobos marinos. Me encanta jugar y nadar en el mar”.