Sudcalifornia es poseedora de sitios turísticos asombrosos. Existen lugares de renombre internacional, pero de igual forma la tierra perfumada alberga regiones que tienen una particularidad inigualable. Estas zonas invitan al recorrido en familia, a soñar con adquirir un terreno a través de los distintos mecanismos de inversión inmobiliaria, y que, a la vez, sea ese el punto de inicio para recorrer las maravillas de esta península.
Los cinco municipios son auténticos y sorprendentes al explorar. ¿Qué pasa si vamos al norte de Baja California Sur y comenzamos el recorrido por los pueblos que se encuentran a lo largo del paralelo 28 que divide el norte y el sur? Eso sería desde el Municipio de Mulegé hasta el final de la tierra en el Municipio de Los Cabos.
Mulegé
Comience el viaje explorando un lugar con la mina de sal más grande del mundo, Guerrero Negro. La población subsiste alrededor de la industria salinera. Puede pasar casi un día entero, con un permiso de visitante, recorriendo las áreas de producción de sal que tienen una belleza muy original. Desde el mismo Guerrero Negro, es posible visitar las zonas de observación de ballenas en la majestuosa Bahía Ojo de Liebre en el Océano Pacífico.
[two_first] Más al sur, se encuentra San Ignacio, poblado apacible con una bella iglesia del tiempo de los jesuitas y un asombroso oasis que dio origen a esta misión. Desde este bello poblado se pueden visitar zonas impresionantes de arte rupestre en la Sierra de San Francisco: Palmarito, San Francisquito, por mencionar dos divinos lugares donde en contacto con la naturaleza y las expresiones culturales pasadas y presentes se aviva el alma.[/two_first][two_second]
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De San Ignacio sigue el camino hacia la capital del Municipio, la encantadora Santa Rosalía. El pasado de la población minera se ha conservado, con retoques de la mano de las compañías francesas y familias que fueron los impulsores de esta región. Visita la iglesia de Santa Bárbara que se caracteriza por su arquitectura francesa, se construyó con materiales traídos en un buque. Santa Rosalía es la primera población de visita sobre el Mar de Cortés o Golfo de California.
El último poblado es precisamente Mulegé. Este pintoresco pueblo al igual que San Ignacio posee una esplendorosa iglesia jesuita y un oasis impresionante. El rio Mulegé como se le conoce le da vida a la población, donde se han construido cabañas y tráiler park. La cosecha del dátil y los dulces derivados permiten a los lugareños ofrecer distintos aperitivos. Por otro lado, el arte rupestre en sus cercanías es un agregado más al atractivo de la región, la impresionante Sierra de Guadalupe con la cueva de San Borjita, las pinturas de la Sierra de la Trinidad y los petrograbados de piedras pintas.
Loreto
Después de Mulege, a lo largo del camino real que hoy es la carretera transpeninsular, se llega a la antigua capital de las Californias, el apacible pueblo de Loreto. La comunidad es un destino turístico, puedes caminar a lo largo del malecón y dejarte encantar por la cocina local que es parte de la magia.
No te pierdas el edificio misionero que hoy forma parte del museo de la misión jesuita y, por supuesto, de la iglesia. Es importante resaltar que en Loreto comenzó la evangelización jesuita, es una ciudad fundada en 1697 con una fascinación histórica que cautiva. En el museo se han conservado parte de herramientas y utensilios caseros empleados durante este tiempo.
Al visitar las islas alrededor de este sitio, puedes comprender por qué Loreto fue elegido para comenzar un trabajo tan importante. Después de más de 300 años de fundación, Loreto continúa con su extraordinaria belleza natural e histórica que sus habitantes han conservado celosamente.
Comondú
A hora y media aproximadamente de Loreto se encuentra Ciudad Constitución, capital del Municipio. Es un poblado agrícola admirable por la manera en que los habitantes obtienen buenos cultivos de un territorio básicamente desértico, mediante el uso de pozos de riego profundo. Si está interesado en la agricultura y la ganadería, puede visitar los ranchos y las granjas comunales diseminadas por esta región única.
[two_first] Comondú colinda con el océano Pacífico y en sus litorales se encuentra Bahía de Magdalena. San Carlos es un importante puerto del municipio, que se caracteriza por una gran hermosura silvestre y un clima privilegiado. Recibe anualmente la visita de la ballena gris, un formidable fenómeno.[/two_first][two_second]
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En la Isla de los Patos podrás explorar colonias de aves migratorias y residentes. San Carlos es una recomendable alternativa para desarrollar ecoturismo. Puerto Adolfo López Mateos cuenta con una hermosa área costera, con extensos esteros llenos de manglares, y morada de aves.
Una visita obligada es San Juanico, donde podrás surfear en la ola más larga del mundo, las personas que allí residen tienen sin duda un encanto especial. Las recetas con productos locales te harán regresar una y otra vez.
La Paz
Con su apacible bahía, es la entrada a esta majestuosa península. La Paz está rodeada de playas perfectas para nadar o simplemente asolearse. La gastronomía ha despuntado de manera maravillosamente, el lugar que elijas al caminar por el centro o por el malecón será una garantía.
Parte de sus atractivos son los poblados de: Todos Santos y Pescadero del lado del Océano Pacifico. El Triunfo es un poblado minero que aún conserva ese acento histórico.
Si decides ir por la carretera hacia Los Barriles, pasaras por San Bartolo, Santiago, Miraflores y Los Barriles solo por mencionar unas opciones.
Los Cabos
Candelaria y San Felipe son poblaciones rurales alrededor de Los Cabos donde se puede disfrutar de los placeres de la vida campirana, como es la elaboración de productos derivados de la caña de azúcar.
Los pueblos de Sudcalifornia te conceden un mundo donde el tiempo y los apoyos tecnológicos no importan, el reencuentro con estos lugares te permitirá conocer de mejor forma las costumbres y tradiciones, así mismo interactuar con sus formas de vida.
Decía don Jesús Castro Agúndez en patria Chica, “Uno de nuestros más imperiosos deberes lo constituye el cultivo constante y fecundo, inspirador y acrisolado sentimiento regionalista. Nuestro regionalismo no puede ser limitador del espacio, porque sabemos que más allá de del mar bermejo, se extiende la patria mexicana, que al norte del Rio Bravo y después del Suchiate, hay pueblos hermanos que luchan por ideales que son también nuestros”.
Por esta razón, estos pueblos de la Tierra Perfumada necesitan la ayuda y el esfuerzo de todos, así como el elevado sentimiento regionalista y la cooperación de aquellos que entienden la forma de vida de este pedazo de tierra.
Como en todas partes del mundo, lugares como estos sirven como equilibrio demográfico. Las raíces son los ganaderos en el corazón de las montañas y los agricultores en sus parcelas. La permanencia de hombres y mujeres en cierto lugar no tiene otra explicación que el misterio y la atracción irresistible del cañón, la piedra, el árbol viejo y el aceite perfumado poblado por los fantasmas de nuestras vidas.