Literalmente, con esta frase, considerarás visitar Baja California Sur, en donde podrás vivir un romance más intenso que las mismísimas corrientes marítimas que se juntan bajo el arco de Los Cabos.
El romance es parte de nuestra vida, por lo menos es algo que la mayoría deseamos tener. Estar con alguien, compartir tiempo, escuchar su voz o sentir su aroma es una sensación que despierta los cinco sentidos en un instante, es estar vivos.
[two_first] Los Cabos, en particular, tiene una magia que conocemos quienes vivimos aquí, o quienes, encantados con el lugar, lo visitan todos los años. Cuentan las leyendas que Los Cabos está ubicado en un lugar preciso del mundo en donde existe una energía natural.[/two_first][two_second]
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El Océano Pacífico y el Mar de Cortés viven en constante romance desde hace siglos y el arco es el símbolo. Eso cautiva a quienes vienen a esta región. Las rocas del conocido finisterra han sido y seguirán siendo testigos de los romances de los primeros habitantes de la península, piratas, conquistadores, colonizadores y visionarios.
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Así como París, y su icónica Torre Eiffel, por excelencia es el escenario de muchas historias románticas en el cine, en la literatura, y en el arte; Los Cabos, Baja California Sur, desfila en la pasarela de los lugares románticos e inspiradores en el mundo, y, además, con orgullo podemos decir que la mayor parte de su belleza es natural.
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Tenemos en vivo todas las luces del firmamento, como la obra “La noche estrellada” de Van Gogh. Poseemos los colores de las obras de Turner, que nos harían pensar que el pintor británico visitó la península como fuente de inspiración. También contamos con envidiables atardeceres que Monet hubiera gozado para continuar con su obra, o que la escritora Jane Austen hubiera adoptado en sus inmortales composiciones. En Los Cabos, los museos son al aire libre, la inspiración está en el oxígeno, en la sensación de caminar en sus playas y en el sonido de las olas. ¿Por qué no hacer de este lugar parte de su historia?
Toda la belleza natural de Los Cabos incita al romanticismo. Quien no escriba poesía, la va a escribir, quien no cante va a componer música, quien tenga dos manos izquierdas seguramente terminará pin tando, quien no tenga hijos los tendrá y quien venga a este lugar sin pareja añorará tener a alguien para compartir lo que no se puede describir con palabras.