Las misiones sudcalifornianas permanecen como fiel testimonio del encuentro de hombres de diversas partes del mundo. Una vez que la construcción de los edificios inició, las áreas circundantes comenzaron a poblarse. Tal es el caso de San Ignacio.
El sitio llamado Kadda-Kaaman (arroyo del carrizal) situado en la Sierra de San Vicente fue descubierto en 1716 por el misionero italiano Francisco María Píccolo, se localiza en la población de San Ignacio en la parte norte del Estado. La misión fue fundada en 1728 por el padre jesuita mexicano Juan Luyando.
La iglesia comenzó a ser construida por el padre jesuita croata Fernando Konsag y concluida aproximadamente en 1786 por el padre Juan Crisóstomo Gómez, misionero dominico.
[two_first]Sobre la arquitectura y arte de dicha misión se tienen los siguientes testimonios:
“Una iglesia con techo de jacal; solo tiene un altar cuyo titular es San Ignacio, varios lienzos con sus marcos dorados con temas religiosos, siete campanas grandes. Tiene esta misión principiada una iglesia de cal y canto con dos torres y bajo las torres dos capillas de bóveda, ya cerradas; las paredes por parte tienen ya la altura de seis varas y por donde menos cuatro; dos sacristías que son lo más atrasado de la iglesia.”
De todas las misiones de Baja California Sur, esta es actualmente la más grande en cuanto al conjunto arquitectónico, consta del templo, recintos de los misioneros y atrio.
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La nave principal tiene dos entradas laterales con acceso a los patios de la misión, espacio iluminado por medio de ventanas rectangulares entre una cornisa que une los capiteles de las pilastras y los arcos de medio punto que sostienen las bóvedas de arista.
La entrada de la misión es sobria y armoniosa. La puerta de acceso es de madera entablerada en jambas de cantera estriada, rematando en la parte superior por un arco mixtilíneo con un escudo de cantera de la Orden de los Dominicos. La fachada sur es sencilla, se aprecian los volúmenes salientes de la torre del campanario y un acceso a la nave principal.
El esquema iconográfico del retablo mayor es tríptico en el panel central; el primer cuerpo tiene un sagrario del Corazón de Jesús; en el segundo una escultura de madera representando a San Ignacio y en el remate una pintura al óleo de la Virgen del Pilar enmarcada en forma de medallón.
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La entrada de la misión es sobria y armoniosa. La puerta delantera es de construcción de madera encerrada en piedra y coronada por un arco con un escudo de piedra de la Orden Dominicana. La fachada sur es simple. Hay acceso a la nave principal y el sonido de las campanas y el campanario son fáciles de apreciar desde aquí.
En el panel izquierdo se observa una pintura al óleo de San Vicente, otra de San José y el niño Jesús, como remate una pequeña pintura de San Pedro y San Pablo. En el panel derecho se encuentran también pinturas al óleo enmarcadas, representando a Santo Tomás de Aquino, San Juan Bautista y un obispo. Todo el marco es de madera en color dorado en buen estado de conservación.
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En el área se aprecian más obras de arte: una talla de la Virgen de Guadalupe, una pintura del nacimiento de Jesús, una del Papa San Pío V, otra de la Anunciación, una de Santiago Apóstol, una pintura al óleo de Jesucristo ante los doctores de la iglesia, el bautismo de Jesús y la imagen de Magdalena.
Finalmente, el retablo izquierdo de la nave, en orden semejante al derecho, exhibe una talla del Sagrado Corazón de Jesús y pinturas al óleo de un santo dominico, Santa Bárbara, Santa Catarina, Santa Inés y otros varios santos no identificados.
Misiones como San Ignacio son motivo de orgullo y patrimonio del arte sudcaliforniano.