Las Fiestas de los pueblos
Leonardo Reyes Silva.
Como reminiscencias de la época colonial, muchos pueblos de Baja California Sur celebran la fecha en que fueron fundados por los sacerdotes jesuitas quienes, en el transcurso de 70 años, establecieron 17 misiones a lo largo de la península. La primera de ellas, Loreto, fue fundada en 1697 y la última, Santa María de los Ángeles, en 1767. Con el tiempo las misiones se convirtieron en pueblos y algunas en grandes ciudades como son los casos de La Paz y San José del Cabo.
Teniendo como símbolo las iglesias construidas por los jesuitas, los habitantes de esas comunidades organizan cada año diversas festividades en honor al santo del lugar o, en su caso, para recordar la fecha de su fundación.
Unos pueblos, tradicionalistas, por excelencia, organizan festejos por varios días en los que se combinan lo religioso con lo pagano, lo cual, en castellano, significa que se presentan espectáculos de música y baile, eventos culturales, ferias culinarias, de producción agrícola y forestal, y juegos infantiles. En muchas de las fiestas se hace presente un grupo de vendedores de artículos diversos como artesanías, útiles de cocina, ropa de abrigo, repostería, dulcerías y también acondicionan locales para venta de comida. Y, por supuesto, la venta de cerveza.
Como resultado de estas alteraciones de las costumbres, pocos son los pueblos que dan preferencia a los actos religiosos y uno de ellos es el de San Javier cuya fiesta de su santo patrono lo celebra el 3 de diciembre día de San Francisco Javier. La misión fue fundada por el padre Juan de Ugarte en 1701 y la iglesia que se conserva en buen estado, fue construida por el padre Miguel del Barco en los años de 1744 a 1759.
Cada fin de año, peregrinos de todo el Estado llegan a este pueblo enclavado en lo alto de la Sierra de la Giganta y durante tres días rinden culto al santo rodeándolo de plegarias, flores y cánticos religiosos, Alejado de la población de Loreto unos cuarenta kilómetros, San Javier posee una de las iglesias mejor conservadas de la península bajacaliforniana.
En la celebración del tricentenario de la fundación de la misión de Loreto, una asociación civil de carácter nacional, con ayuda del Instituto Nacional de Antropología e Historia, restauró el edificio y los retablos interiores. Y el gobierno del Estado y el municipio loretano aportaron sus esfuerzos para remodelar la mayor parte del pueblo, incluyendo calles, fachadas, alumbrado y espacios abiertos.
Otros pueblos que tienen iglesias coloniales en buen estado de conservación son Mulegé, San Ignacio, Loreto y San Luis Gonzaga. En otros, el paso del tiempo aunado a los ciclones las ha destruido, aun así, iglesias de construcción reciente, celebran la fecha en que fueron fundadas o bien en honor a su santo patrono. Tal es el caso de La Purísima, Todos Santos, La Paz, Santiago y San José del Cabo.
En esta última ciudad las fiestas tradicionales han adquirido una singular importancia. El ayuntamiento se ha preocupado por darle el realce que merecen, especialmente porque se encuentran en una zona donde la influencia extranjera de una forma o en otra influye en las costumbres y en la forma de ser de sus habitantes. Afortunadamente el resguardo de las tradiciones está arraigado en sus pobladores y lo demuestran asistiendo a todos los actos organizados en honor de San José el santo patrón del lugar.
Otros pueblos de Baja California Sur de más reciente creación organizan festejos para recordar su fundación. Tal es el caso de los que existen en el valle de Santo Domingo como Ciudad Constitución, Ciudad Insurgentes, Ignacio Zaragoza y San Carlos. Del municipio de La Paz mencionamos a El Triunfo, San Antonio, El Pescador y Los Planes. En la capital del Estado las festividades se organizan para conmemorar el día de su fundación que fue el 3 de mayo de 1535.