La Economía En Baja California Sur

Los cardones endémicos de Baja California Sur resultan plantas peculiares, desarrollan una relación simbiótica con su entorno, al existir en paisajes agrestes y lluvias escasas, son capaces de crecer inclusive sobre rocas, se requieren muchos años para que extiendan sus “brazos”, como un aviso al horizonte y tiempo de su majestuosidad. Esta descripción coronada al final con una metáfora, no difiere tanto de la evolución económica de la entidad, en el lapso que va del siglo XIX al XXI.

Debe ser señalado, que el caso de esta entidad es distinto a otros ocurridos en el país en muchos sentidos, como contar con un ritmo de desarrollo regional propio y haber manifestado durante un considerable lapso una cualidad de periferia: aislamiento geográfico y baja densidad de población; pocos medios de transporte; lejanía territorial del centro polar de poder (Preciado, 2005); una sociedad que no consumó totalmente su revolución industrial durante el siglo XIX (Cerutti, 1992); una producción que estuvo orientada al exterior (Bassols, 2000), un sector terciario que se consolidó en la última parte del siglo XX, y un turismo, que se ha convertido en una actividad dinamizadora y que representa grandes desafíos.

La evangelización jesuita de la península de Baja California hizo posible la formación de las primeras misiones, el establecimiento de asentamientos civiles, la apertura de los primeros caminos y la instauración de algunas formas de cultivo y ganadería. En lo tocante al surgimiento de las actividades privadas, se puede decir que éstas nacieron en el propio seno del régimen misional, y que fue mucho antes de que éste finalizara. Así surgió un grupo de individuos (ex soldados de los presidios, primeramente) que se dedicó a la pesquería de perlas, posteriormente a la minería y más tarde a algunas actividades agropecuarias, logrando que con el tiempo más colonos llegaran a California, con la intención de incorporarse a tales empresas, dando paso a la formación de los primeros asentamientos civiles en la península.

La pesquería de perlas

Sobre la pesquería de perla, señalaremos pese a la prohibición ordenada por la Compañía de Jesús, referente a la explotación de las riquezas regionales en la península de California con fines de lucro, el rompimiento de esa regla no tardó mucho en efectuarse. El caso más estudiado, según la mayoría de los avances historiográficos, es el de Manuel de Ocio, soldado español que renunció a su puesto formando posteriormente una armada que le permitió adquirir tierras y minas, siendo quizá el pionero de las actividades de carácter privado en la región.

De 1874 a 1884 se transformó significativamente al introducirse nuevas tecnologías y se convirtió en una empresa a gran escala; y de 1884 a 1910, cuando se distinguió por un proceso de monopolización, debido a que grandes empresas obtuvieron del gobierno federal contratos de arrendamiento.

La Minería

El descubrimiento de algunas vetas de plata dio paso al surgimiento de la minería, aunque muy rudimentaria en una primera fase. A partir de 1860, se identifican cambios importantes en la industria extractiva, por un lado, la formación de sociedades mineras con inversión de capital nacional y extranjero, por otro, los cambios que modificaron considerablemente la minería, que se había practicado hasta ese entonces en las localidades de San Antonio y El Triunfo.

Particularmente, es emblemático El Triunfo, situado a escasos 45 kilómetros de La Paz, capital del Municipio, ha sido siempre un lugar de marcada personalidad, cuya historia y contribución al desarrollo económico del Distrito Sur de Baja California durante el siglo XIX.

Posteriormente, durante el porfiriato importantes capitales aparecieron y otros se consolidaron. Dentro de las empresas nacionales y extranjeras con mayor relevancia en la parte sur, destacó  una empresa cuprífera, de las más importantes en el nivel nacional, fundada en 1885, El Boleo, de capital francés, que recibió por parte del Ejecutivo grandes concesiones y prerrogativas. Santa Rosalía debió su nacimiento a la explotación minera, fue a partir de las dos últimas décadas del siglo XIX cuando Mulegé comenzó a cambiar debido a la instalación de la compañía francesa El Boleo Con ello arribó el ferrocarril, la luz eléctrica, el teléfono, el telégrafo, el reloj público y una impresionante arquitectura, como fue el templo de hierro prefabricado atribuido a Gustavo Eiffel.

El Boleo
El Boleo fue una compañía creada por la Casa Rothschild y la Mirabeau Banking Corporation de París, obtuvo 7 de julio de 1885 un contrato del gobierno federal para explotar todas las minas del Distrito de Santa Agueda.

La Agricultura

Sin duda alguna, las características geográficas han sido parte determinante en el devenir histórico de esta tierra. De 1860 a 1910, la agricultura se desarrolló bajo dos formas de producción: la tradicional que consistía en pequeñas huertas, trabajo familiar, cultivos de temporal, cuyo destino fue el autoconsumo y la moderna (1890) con uso del trabajo asalariado, huertas de mayor tamaño, diversificación de cultivos, cuyo destino final fue su comercialización con la contracosta e incluso los Estados Unidos de América.

Cabe destacar que la agricultura moderna se desarrolló más bien a partir de 1890. Durante este periodo destacaron los cultivos sobre todo de caña de azúcar, uva y olivo, mientras que se cultivaron en menos volumen las frutas, granos, algodón y hortalizas. Entre los cultivos que sustentaron la industria manufacturera, la caña de azúcar fue el cultivo estrella de la agricultura sudpeninsular. En cuanto a las zonas donde se producía el piloncillo, destacan las municipalidades de San José del Cabo, Todos Santos y Santiago.

Asimismo, a partir de 1930 se desarrolló la economía de enclave en el sur de la península, vinculada con la exportación de jitomate hacia los Estados Unidos de América.

Para la década de 1940, la Unión Nacional Sinarquista inició el proyecto de colonización en el Valle de Santo Domingo, por medio de un plan orquestado desde el centro del país, en el marco de la política nacional de consolidación del sector agrícola de la región noroeste entre 1940 y 1950.

El Comercio

Durante la primera mitad del siglo XIX, la Baja California manifestó cambios en el terreno económico y político. El aumento de población, el desarrollo de algunas actividades de carácter privado y la instalación del comercio de cabotaje y altura, contribuyeron a la formación de un incipiente mercado que logró finalmente la inserción económica de la región peninsular al resto de la República.

En este contexto ocurrió el arribo de familias que comenzaron a practicar actividades privadas, las cuales aprovecharon el otorgamiento de terrenos y concesiones de explotación de recursos regionales. Ello fomentó un mercado interno el cual podían controlar al no tener grandes competidores.

Durante el siglo XIX, se fueron formando en la región algunos grupos de poder, sobre todo en las localidades más importantes. Se han destacado por lo menos a tres de ellos: el primero, que fue formado por rancheros y mineros de San Antonio y San José del Cabo; el segundo grupo, formado por militares de la capital que en ese entonces era Loreto; y en tercer lugar, el naciente grupo conformado por comerciantes del puerto de La Paz.

En lo que respecta a la vinculación con el extranjero por medio del comercio, éste ofrece una idea de hasta donde se relacionaba al analizar las rutas marítimas que se cubrían y el tipo de mercancías que fluían. Por ejemplo, en el porfiriato fueron de suma importancia la instalación de rutas de cabotaje y altura (permitieron la conexión con otros mercados), no solamente para traer mercancías sino para trasladarlas a esas latitudes, mientras que en las décadas posteriores esa conexión fue practicada en función al turismo.

Elementos que ayudaron al desarrollo comercial:

  • Aplicación de la zona libre.
  • Transbordadores marítimos desde 1964.
  • Construcción de la carretera Transpeninsular en 1974
  • La sobrevaluación del peso frente al dólar.

A partir de la década de los setenta, el comercio se convirtió en una de las actividades con mayor dinamismo económico, transformándose en lo que algunos estudiosos denominan boom fayuquero (Martínez, 1992).

La etapa más provechosa para el comercio en la etapa moderna, fue a partir de 1970 conocida como “boom fayuquero”, alguno de los cambios más significativos de este régimen ocurrieron en torno a la regulación promotora de la industrialización en las franjas fronterizas y zonas libres, la cual les facilitó la venta de mercancías al interior de la república, les concedió permisos de importación y subsidios sobre impuestos de importación, con grandes ventajas (Martínez, 2002). Más aún, a partir de la modificación en 1971 del régimen de zona libre, éste comenzó a ser particularmente benéfica para la élite de comerciantes de la región

El nuevo escenario económico

La actualidad ha generado diversos cambios en todos los países, particularmente, en regiones y localidades conectadas a mercados internacionale. Baja California Sur ha experimentado en las  últimas  décadas cambios en el nivel  local, que  han obedecido a lógicas globales, así como el surgimiento de nuevos actores económicos, sociales y políticos.

Hacia el siglo XX se manifestaron cambios en el marco de una modernización económica, por ejemplo, la infraestructura se vio apoyada con mejoras en los caminos entre las principales localidades; ocurrió el impulso tanto a la navegación aérea (Aeropuerto Internacional de La Paz) y marítima (Ruta del Ferry La Paz- Mazatlán); se tendieron numerosas líneas de electrificación; surgieron nuevos órganos de gobierno con el fin de apoyar el desarrollo económico; y finalmente, se impulsó fuertemente la agricultura en el Valle de Santo Domingo, específicamente en apoyo del cultivo de algodón. En síntesis, a partir de esta época, el rostro general fue el de una región con diversificación en sus actividades económicas; un comercio en despunte apoyado en el Régimen Arancelario de Zona Libre y un turismo en crecimiento.

El artículo inició con la descripción de los enormes cardones de BCS, los cuales proveen de múltiples recursos y se adecuan a un escenario que podría parecer agreste e inhóspito para otras especies. Encontramos un símil entre estas plantas y la evolución de las actividades económicas de la entidad, ambas han logrado habitar el paisaje desértico, transformando la escasez en ventaja y estableciendo una relación simbiótica con el ambiente que les rodea.

Del Río establece que era muy común referirse durante esa época a la California o las Californias

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