Un día de pesca con Ángel Carbajal

“El amor por la pesca, el buceo, la naturaleza y los deportes acuáticos me permitió descubrir la increíble riqueza del mar. Desde entonces, he aprendido a valorar la gran variedad de peces y otras especies que viven en el Golfo de California y el océano Pacífico”. Ángel Carbajal.

Es temprano, alrededor de las 6:00 am, y los primeros rayos del sol aún se esconden detrás del horizonte. Esa es la hora recomendada para ir de pesca. Así que, vestidos para enfrentar la brisa del mar, ¡nos embarcamos en la aventura!

La experiencia de pesca comienza desde que se vislumbran el inicio de un nuevo día y la inmensidad del océano. La sensación de paz es inmediata, un estado de relajación te invade mientras sostienes una caña de pescar frente a las profundidades del mar azul.

Nos dimos cuenta que para varios tripulantes, el mar representa un segundo hogar, especialmente para Ángel Carbajal que comparte la jornada de pesca con su equipo de cocina. Con paciencia y afecto el Chef y también capitán transmite con paciencia y afecto su conocimiento, enseñanza y seguridad hacia sus acompañantes.

Si nos remontamos en la historia de Ángel, recordamos el valor de la mentoría que le brindó Nick, con quien aprendió el arte de la cocina japonesa. Ángel supo cómo unir dos culturas—japonesa y mexicana—para crear recetas únicas. Los dos ahora son grandes amigos y han compartido el amor por la cocina y el golf durante más de 30 años.

Ángel toma como ejemplo a su mentor y el tiempo que ambos pasaban juntos platicando de intereses en común en un ambiente casual para relacionarse con su equipo. Esos momentos son los que se llevan en el corazón y a menudo los que transforman tu carácter.

De pronto, una ráfaga de aire golpeó nuestros rostros cuando el capitán cambió el rumbo para dirigirnos hacia el Golfo de California. Allí iniciamos la búsqueda de nuestro gran pez. En esta ocasión fue una espectacular sierra, lo peculiar de la pesca es que no siempre regresas a casa con el botín que querías, pero aprendes a utilizar de la mejor manera los recursos y resaltar el sabor de cada especie. Luego de explorar el Golfo de California, cambiamos de rumbo, ahora hacia el océano Pacífico.

Después de esta emocionante aventura en altamar es momento de regresar a tierra. Con una sonrisa dibujada en el rostro y tras haber alimentado a “pancho”, el conocido lobo marino que siempre está en la marina de Cabo San Lucas, emprendemos el camino a casa, no sin antes disfrutar un desayuno completo en The Office. Visitar este restaurante después de un día pesca se ha convertido en una tradición para Ángel.

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