En el silencio de las montañas del desierto sudcaliforniano, entre Sierra de Guadalupe y Sierra de San Francisco, por los arroyos y cuevas, todavía es posible sentir la presencia de esos hombres y mujeres volviendo de un día de caza, conversando a la sombra de esas cuevas que resguardan sus murales.
San Ignacio (Kadá-Kaamán) y Heroica Mulegé, son las poblaciones más representativas de este reino cochimí.
Esta arteria de mi patria -la península de Baja California- como lo expresó el poeta Fernando Jordán, posee una infinidad de oasis, aproximadamente 184, de los cuales 171 se localizan en Baja California Sur. Dos de esos sublimes oasis se encuentra en San Ignacio y Heroica Mulegé; poblaciones hermanas, con grandes similitudes naturales y culturales, cuentan con atractivos turísticos que integran misiones, arte rupestre y una diversidad de manifestaciones culturales.
Heroica Mulegé
Pintoresca población, su oasis es un referente que combina con los vestigios de la Misión de Santa Rosalía de Mulegé fundada en noviembre de 1705 por el padre Juan Manuel Basaldúa. En las cercanías se encuentran tres cuevas con pinturas rupestres de enorme importancia.
La más cerca es la región de Piedras Pintas, un singular y único paraje donde hay una cantidad increíble de petroglifos. En una pequeña montaña se aprecian diversas figuras de animales marinos y terrestres, que seguramente los antiguos habitantes observaron ya sea por en el océano Pacífico o Golfo de California.
La Trinidad es otro maravilloso lugar donde, por el camino, se observan algunos ranchos que aún practican el oficio de la talabartería y la cría de chivas. Atesora una zona interesante de pinturas rupestres.
En La Cueva de San Borjitas casi todas las pinturas se encuentran en techo rocoso y muestran hombres de pie con los brazos extendidos, son muy famosas en la península por sus impresionantes dimensiones, ya que miden aproximadamente 4m de altura y 30cm de ancho. Desde la entrada hacia el fondo son alrededor de 20m.
El poema “El Mito Posible” de Raúl Antonio Cota ilustra parte de este Reino Cochimí a través de sus ricas estrofas:
…Creo en la California que convino a soñar al europeo del siglo XVI…de los enigmas: las pinturas…torsos y manitas…vigilancia de los acantilados …en el atónico ajetreo de cardúmenes y la altivez espinosa de los cactus. Creo en la California que construyó templos…que ejerce poder en los signos del mar y el desierto…en la retórica que ejerce el silencio del ranchero californio, en su lenguaje anafórico…creo en la California la del mito…