Una bendición llegó desde el mar con las ballenas saltando y dando soplidos. Frente al Arco de San Lucas, estos hermosos cetáceos se dejaron ver en la previa del atardecer, que sería el fantástico contexto para Symphony of the Whales. El ritual del gong dio anuncio a la caída del sol y las caracolas emitieron sus frecuencias hacia los puntos cardinales en Sunset Monalisa.
Detrás del Arco todo empezó a teñirse de naranja con diferentes tonos de rosados y lilas. La calidez de los últimos rayos y el aroma ahumado del carbón quemando algunas parrillas sobre las mesas, inauguraron el evento único. La cocina mediterránea y una copa de vino, entonces, cerraron el círculo de la perfección. Pensado especialmente para las terrazas de Sunset Monalisa, el experto en biodiversidad y también ideólogo de esta comunión, Oscar Ortiz, presentó a la soprano Liliana del Conde. También hizo una breve introducción a la sinfonía de las ballenas: una invitación a cruzar la sublime frontera de la superficie y el mundo submarino.
“Los cantos de las ballenas son un misterio, sólo sé que te tocan de una forma muy increíble y solamente las almas pueden entenderlo. Espero que estos cantos lleguen a tocarlos y a asombrarlos de la maravillosa área en que vivimos, del hermoso planeta en el que estamos, y lo afortunados que somos. Ahora les presento a Liliana del Conde, excelsa soprano mexicana, que acompañará el canto de estos maravillosos ángeles del océano”, dijo Oscar Ortiz, y comenzó el concierto de las voces celestiales.
El sonido envolvente en todo el recinto nos sumergió a las profundidades. Mediante un hidrófono se grabaron los sonidos del océano, incluidos los cantos de las ballenas que se pudieron escuchar.
Liliana del Conde se lució con toda su voz, interpretando cuatro piezas en sintonía con el sonido submarino. Con sold out en todo el lugar, el público pudo acceder a esta comunión de elevados cánones de belleza y singular poesía.