Cómo un valle agrícola se convirtió en ciudad
Entre los campos fértiles del Valle de Santo Domingo, rodeada por extensiones de cultivos, se levantó una comunidad que con el tiempo se convertiría en la cabecera del municipio de Comondú: Ciudad Constitución. Su historia está ligada a los procesos de colonización agrícola de mediados del siglo XX, cuando Baja California Sur comenzó a recibir a familias provenientes del interior del país en busca de nuevas tierras para trabajar.
En un inicio, el asentamiento era apenas un caserío conocido como “El Crucero”, llamado así porque se ubicaba en la intersección de los caminos que unían La Paz con el norte del estado. A partir de la década de 1940, con la construcción de pozos profundos y sistemas de riego que permitieron aprovechar las aguas subterráneas del valle, la región experimentó un crecimiento agrícola sin precedentes. El algodón, el trigo y, más tarde, los cítricos, espárragos y dátiles, dieron identidad productiva al Valle de Santo Domingo y atrajeron a cientos de familias agricultoras.


El crecimiento fue tan acelerado que, en 1953, al crearse oficialmente el municipio de Comondú, se designó a Ciudad Constitución como su cabecera. La decisión no fue casual: el poblado ya concentraba comercio, servicios básicos, oficinas públicas y una población que supera a las comunidades vecinas como San Carlos, Ciudad Insurgentes o Villa Ignacio Zaragoza.
La planeación urbana fue otro factor distintivo. A diferencia de los antiguos pueblos misionales o costeros de Baja California Sur, Ciudad Constitución se levantó en el desierto agrícola con una traza moderna, calles amplias y manzanas definidas, pensadas para el crecimiento ordenado. Este diseño urbano sigue siendo una de sus características más notorias.

Durante las décadas siguientes, Ciudad Constitución consolidó su papel como centro agrícola y económico de la región. La apertura de escuelas, la llegada de la UABCS con un campus local y la construcción de infraestructura de salud reforzaron su posición como punto de encuentro para las comunidades del valle y la costa.
Hoy, Ciudad Constitución es símbolo de esfuerzo colectivo y de transformación social. Lo que alguna vez fue un cruce de caminos polvorientos se convirtió en una ciudad joven, dinámica y en constante desarrollo, cuya identidad sigue anclada a la agricultura, pero que al mismo tiempo mira hacia el futuro con proyectos educativos, culturales y turísticos.