“Llegué aquí a la Toba, de allá de mi tierra Mazatlán. Viajamos en el ferry, llegamos a La Paz y de La Paz nos venimos para acá, al Valle de Santo Domingo en un camión de esos que le decían vencedores del desierto, porque eran los únicos que había. Yo tenía 19 años en ese tiempo”.
¿Cómo surge el Festival Internacional de Cine de la Toba? Fuimos a un festival de cine a San Antonio. Y pues vi el festival, y le dije, “mijo, podemos hacer uno en La Toba. Y que nos animamos, ya no veníamos lo duro sino lo tupido en el primer festival.
Él trajo invitados, trajo todo, estuvo muy bonito y a pesar de que mucha gente no confiaba en él, porque pues no lo conocían, porque había regresado muy poco al pueblo.
Y, aun así, él claramente dijo, “yo aquí vengo a hacer algo por mi pueblo es todo. Y el que guste me apoya y el que no, pues no, pero yo nada de política ni nada de religión ni nada, a todos los veo iguales”. Y así fue. Y el pueblo asistió. Invitó a todas las escuelas, todos participaron muy contentos. Es un revuelo.
María, ¿cómo se siente de participar con su hijo en este festival?
Pues, es una gran satisfacción. Nadie es profeta en su tierra y Enoc lo está logrando. Vamos para el tercer festival, si Dios quiere y todo no sale bien. Esta vez me dijo que el tema va a ser de la lucha libre, para la gente es mucha motivación porque aquí no hay nada de eso.
¿Qué mensaje le daría a la comunidad?
Que no dejen de soñar, que sigan adelante, que mientras le ponga fuerza y haya vida, hay que seguir. Y a toda la juventud los invitamos para el próximo festival y que sí se puede, ¡Arriba La Toba!
Nos causa admiración ver su pared de la fama dedicado a su familia, y en especial a su hijo Enoc. Todas esas fotos cuando se casó, cuando hizo de Pancho Villa, de su boda. ¿Qué le diría a su hijo?
Siempre tendrá mi apoyo y seguiremos adelante. Estoy muy orgullosa de ti porque has compartido los dones que Dios te dio con toda tu gente. Estoy orgullosa de la gratitud que sientes por tu tierra. Dicen por ahí, que el que no quiera a su madre no quiera su tierra.
Mi hijo, estoy muy muy orgullosa de ti y el orgullo más grande mío es que has compartido con toda tu gente principalmente con la que te vio nacer y aquí en tu pueblo sigues y adelante.
A ver, este platíquenos, porque escuché que le ha tocado ser la protagonista de la película.
Si, se llama: A los 77 años, agua salada probé. Bueno, a mis 77 años voy a ser la protagonista. Les cuento un poco, mi nieto es buzo profesional, es quien que me entrenó para bucear. Primero me enseñó en una alberca, después fuimos al mar. Pero ya no terminamos porque llegó el huracán y nos detuvimos.

El año pasado todo el tiempo estuvo el agua muy helada y él dijo, no, para mi abuela está el agua muy helada, no podemos continuar. Entonces, si Dios quiere y todo sale bien, este año terminaremos.
¿Qué se siente ser la protagonista de una película?
Que nadie se detenga por la edad, cómo ya estoy viejo, que cómo ya estoy grande. No, hay que saber vivir la vida.
Y hacer esta película con mi nieto, es un regalo. Él pensaba que no volvería a bucear. Se accidentó, ser rompió una costilla y le perforó el pulmón. Y entonces pues él pensó que ya iba a poder bucear. Se deprimió.
Cuando pudo retomar el buceo me dijo, ¿se animaría usted a bucear?, pues la gente sabiendo que enseñé a mi abuela, pues me tendrán otra vez confianza.
El problema fue el que llegó el huracán y pues ya no terminamos. Nos quedamos a medias. Pero retomamos. Sí, porque el proyecto era para cuando yo cumpliera mis 77 años. Queremos este año terminarlo con el favor de Dios.