Erick Alejandro Magdaleno Quijada
Erick Alejandro Magdaleno Quijada representa la tercera generación de una familia dedicada a la agricultura en el Valle de San Domingo. Su historia se vincula con la de su abuelo, don Florencio Magdaleno Razo, y la de su padre, Celestino Magdaleno Bañales, quienes cultivaron la tierra y trabajaron con ganado, dejando una tradición que Erick decidió continuar. Actualmente, Erick se encarga del lote agrícola número 25, conocido cariñosamente como Agrícola 25, donde se dedica principalmente a la siembra de alfalfa.
Un día típico en el campo comienza muy temprano, según las necesidades del cultivo y las condiciones del clima. “A veces tengo que estar aquí a las 5 de la mañana, otras veces hasta las 6, o me vengo más tarde por cuestiones de papeleo en la oficina del pueblo”, explica. Junto a sus colaboradores, se encargan de cortar, enchorizar y empacar la alfalfa. Erick supervisa los trabajos y repara la maquinaria cuando es necesario. El cultivo de alfalfa sigue un ciclo constante: el primer corte se realiza aproximadamente a los dos meses y luego se repite aproximadamente una vez al mes, sumando entre 10 y 11 cortes al año, aunque en época de frío los tiempos se alargan a 35 o 38 días.


Erick señala que su decisión de dedicarse al campo fue por gusto personal. Tras terminar sus estudios universitarios, eligió seguir la tradición familiar, atraído por la siembra de distintos cultivos como maíz, trigo, alfalfa, sorgo y garbanzo, y por su amor a los animales. Destaca además la influencia de su padre, quien a sus 82 años sigue compartiendo historias de su propio padre, experiencias que Erick describe como un verdadero legado: “Mi padre es como un libro para mí; tiene 82 años recién cumplidos y todas las historias que me contó de mi abuelo son inspiradoras”.
El agricultor también reconoce los desafíos del oficio, especialmente en relación con el agua. “El futuro del tema con el agua sí es un poco complicado, no solo aquí en el Valle de San Domingo, sino en todo el mundo. La prioridad es cuidarla”, asegura, resaltando la importancia de preservar este recurso vital para la continuidad de la actividad agrícola.
Así, Erick Alejandro Magdaleno Quijada encarna la pasión y el compromiso de varias generaciones, manteniendo viva la tradición agrícola de su familia mientras enfrenta los retos contemporáneos del campo y transmite a otros el valor de la tierra, el trabajo constante y la herencia familiar.