El origen de esta leyenda proviene de La Paz. Cuenta la historia de una mujer joven que camina por las noches, ataviada con un rebozo blanco y con el cabello negro cayéndole sobre su rostro.
Esa mujer de blanco una vez asistió a un baile y eligió a un joven como pareja. Juntos bailaron y pasaron la velada. Él acompañó a la mujer a su casa, donde dejó olvidada su chamarra.
Al día siguiente, regresó a visitarla con el pretexto de recoger la chamarra. Sin embargo, sólo encontró a la madre de la mujer de blanco, quien sorprendida le dijo al joven que su hija había muerto algunos años atrás. Ambos caminaron al cementerio donde se encontraba la tumba. Una mayor sorpresa les esperaba, pues sobre la lápida… ¡se hallaba la chamarra!
Se dice que casi todas las noches la mujer de blanco acostumbra atravesar la avenida Belisario Domínguez sin detenerse ante ningún obstáculo, hasta llegar a la altura de la calle Bonifacio Topete, donde finalmente se pierde frente a la Panadería Briseño. Varias personas, hombres y mujeres la han visto y aseguran que les ha hablado para preguntarles por un joven y compartirles su historia.