La industria turística ha tenido un tremendo impacto los últimos años alrededor del mundo, pero ha dejado una gran lección. La resiliencia es quizá uno de los grandes atractivos que tiene Baja California Sur. Puede sonar paradójico, pero no lo es.
No fue fácil afrontar la crisis, pero como decía Helen Keller: “Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros”.
El espíritu emprendedor y la voluntad de los sudcalifornianos han desarrollado experiencias culinarias, eventos culturales, apreciación sensorial del entorno, cuidado del medio ambiente más una creciente y boyante industria inmobiliaria que amplía la oferta residencial, hotelera y de servicios adaptándose al nuevo estilo de vida. Definitivamente muchas situaciones llegaron para quedarse: trabajo desde casa, nuevos y renovados espacios que facilitan la convivencia y el concepto de nómadas digitales.
Esta es precisamente la circunstancia afortunada de los últimos meses, donde la industria del turismo floreció a niveles que no se observaban antes de la pandemia y que muestran con optimismo excelentes años por venir, aunque por supuesto implica el trabajo conjunto de gobierno e iniciativa privada.
Prueba de lo anterior son los eventos exitosos a nivel mundial como el Bisbee’s Black & Blue Tournament, Abierto de Tenis, torneos privados de golf y competencias náuticas de vela, windsurf y kitesurf; así como la tradicional carrera Baja 1000, deporte de motor fuera de camino. Que, por cierto, es la actividad familiar por excelencia para la cultura sudcaliforniana.
La península es también como una fantasía gastronómica para los viajeros, quienes experimentan el resultado de una sinergia donde confluyen chefs, ingredientes, sabores y técnicas de cocina nacionales e internacionales.
En este número de Tendencia leerán acerca de la reciente expedición al municipio de Loreto: Puerto Agua Verde, Isla Catalana, Loreto, San Javier y Santo Domingo. Proponemos que cuando decida hacer su propio recorrido contrate los servicios de los guías locales, son quienes tienen el conocimiento de la zona y comparten historias con el carisma que caracteriza al sudcaliforniano.
Estamos seguros de que se sorprenderán cuando observen la imagen de los leones de oro que llegaron a la península en la embarcación de los jesuitas, quienes antes de zarpar al Nuevo Mundo estuvieron en China. Varios obsequios se encuentran en exhibición en el museo de la iglesia de San Javier.