Desde finales de febrero, Uma López llegó a Los Cabos con una misión que, además de ser artística, era también emocional. Construiría, a través de la pintura, una historia que empezó a imaginar en Dubái y que terminó de materializar bajo los árboles y la calma de Cabo San Lucas.
Invitada por José Luis Madrigal, gerente general en Los Cabos Golf Resort, Trademark Collection by Wyndham!, quien quedó cautivado con su trabajo, Uma aceptó sin dudar. “Vivo en Dubái desde hace tres años y vine a visitar a mi familia. Qué mejor excusa que venir a trabajar en algo que me gusta tanto como pintar y contar historias”, dice. Así nació Bloom, una serie de obras pictóricas que giran en torno a la pérdida, el amor y la belleza que puede surgir del duelo.


La narrativa que da vida a esta colección tiene como protagonista a Elena, una mujer separada de su esposo, un médico que atiende a enfermos durante una epidemia. Una noche, Elena ve llegar el caballo de su esposo solo, saliendo entre la neblina. Así comienza un viaje simbólico que la lleva al lago, a las flores que su esposo fue plantando a escondidas y a una carta que lo cambia todo.
“Todas esas veces que llegué tarde a casa sí fue para ayudar a otros, pero también fui un poco egoísta. Me dediqué a plantar todas estas flores porque sabía que algún día te iba a faltar”, dice la carta que él dejó escondida. Uma nos explica que esta obra es también un homenaje a lo que florece incluso después de la muerte. “La colección se llama Bloom porque con la pandemia floreció mucha muerte, pero también mucho amor”.


Durante tres días de muestra, Uma compartió su obra con los visitantes y locales que se acercaron al lugar donde ha trabajado estos meses. “Aquí puedes descubrir otros mundos sin tener que salir de tu habitación o pagar un boleto. El arte hace eso”, dice mientras repasa con cariño lo vivido.
Su proceso de creación es intuitivo, casi místico. “Yo quiero pensar que más que crear, estoy descubriendo algo que ya existe, algún susurro, alguna idea que pasó por mi cabeza. Pinto personajes que siento que viven en algún lado, aunque solo sea dentro de mí”.

Uma tiene un vínculo profundo con la melancolía. Desde pequeña, dice, comprendió que el tiempo es prestado. Esa conciencia se ha vuelto el motor de su obra: retratar emociones que no pasan de moda y que nos tocan a todos. “Nunca es tarde para aprender arte. Nunca es tarde para compartir lo que piensas. Todo lo que miras hoy en día, películas, poemas, canciones… alguna vez alguien pensó que no era lo suficientemente bueno para compartirlo. Pero el arte es lo que demuestra que existimos”.


Mientras termina la última pieza de Bloom, titulada La ausencia de ti, Uma ya piensa en su próxima colección. El ciclo no se detiene: una historia termina de contarse mientras otra empieza a nacer, tal como las flores que brotan en el lago de Elena.