Desert wine, un sueño fermentado durante la pandemia

Gonzalo González

Todo empezó con una carnita asada entre amigos. Era 2020, el mundo entero vivía encerrado por la pandemia y, en medio de la incertidumbre, un grupo de agricultores del Valle de Santo Domingo decidió aprovechar el encierro para aprender algo nuevo.

“Se nos ocurrió tomar un curso para parrilleros”, cuenta Gonzalo González, socio fundador de Desert Wine. “Empezamos a preparar diferentes cortes al horno y, a la par, a acompañarlos con vino. Pronto nos dimos cuenta de que el vino nos caía excelente. La digestión funcionó perfectamente, mejor que con cualquier bebida fría”.

Aquella revelación encendió una chispa. “Dijimos: ¿por qué no probamos? ¿Por qué no producimos nuestra propia uva?”, recuerda Gonzalo. El entusiasmo fue inmediato. Reunieron al grupo, compraron plantas, sembraron y, contra todo pronóstico, en menos de un año ya tenían cosecha.

En la mayoría de las regiones vitivinícolas, las vides suelen tardar entre tres y cinco años en dar fruto. Sin embargo, en Comondú, las condiciones climáticas y del suelo fueron inesperadamente favorables. “Obtuvimos nuestra primera cosecha en 2022 y enviamos las uvas a procesar ese mismo año. En 2023, celebramos nuestro festival inaugural”, relata Gonzalo con orgullo.

El evento, que surgió como una reunión modesta en el pueblo, fue creciendo hasta convertirse en una verdadera fiesta de campo. “Nos dimos cuenta de que la gente no solo quería probar el vino, sino también venir a conocer las uvas, caminar entre las plantas y disfrutar de una tarde agradable en el viñedo”.

Así nació la vendimia de Desert Wine, que en 2024 se celebró por primera vez en el propio campo, con música, comida, vino y la calidez del Valle de Santo Domingo. Este año, en su tercera edición, la vendimia se ha consolidado como una experiencia que atrae a visitantes de todo Baja California Sur y más allá. “Viene gente de Los Cabos, La Paz, Loreto, del interior de la República e incluso de Estados Unidos. Afortunadamente, hemos tenido una excelente respuesta”.

Hoy, Desert Wine ejemplifica cómo los proyectos significativos, llenos de sabor y de espíritu comunitario, pueden prosperar incluso en tiempos difíciles. Como bien dice Gonzalo: «Lo más gratificante es que hemos logrado aportar valor a nuestro producto, la vid y la tierra que hemos cultivado con cariño durante generaciones».

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