El destino y la vocación turística de Loreto se manifestaron tempranamente. En 1946, el matrimonio de Juan Garayzar y Blanca Verdugo abrió su casa para recibir huéspedes. Esta casa hizo historia en Loreto. En ella se hospedaron no sólo los primeros turistas, sino médicos, maestros, curas, agentes viajeros, transportistas, intelectuales y hombres de negocios.
La cocina de la casa era espléndida, siempre acompañada del vaso de vino o la copa de brandy Garayzar, mejor conocido por los huéspedes como leche de tigre. Ambos productos se elaboraban con uva destilada de los antiquísimos alambiques de Rancho El Zacatal, propiedad de la familia.
La casa de huéspedes de Doña Blanca perduró hasta los años 80’s del siglo pasado, atendida al final por la hija de la pareja, la inolvidable Lucha Garayzar Verdugo. Uno de esos visitantes, Edward Tabor, llegó a Loreto en su avión privado a fines de los años cuarenta. Lo invitaron a comer y se enamoró del lugar de tal manera, que para el año de 1950 el visionario norteamericano inauguraba ahí, en Loreto, el primer hotel exclusivo para turistas aficionados a la pesca deportiva en Baja California Sur, Hotel de Tabor o Club Deportivo de Vuelos.
El hotel se ubica en un tupido palmar de la Colonia Zaragoza, frente al mar. Abrió sus puertas con 15 cuartos, alberca, restaurante, bar, salón de juegos con mesa de billar, ping-pong y una flota para pesca deportiva. Tabor viajaba dos veces por semana a Mexicali, para llevar y traer a sus huéspedes en el avión de su propiedad. Cabe destacar que este hotel continúa en funciones, ahora bajo el nombre de Villas de Loreto.
[two_first] Loreto fue pionero y también detonador turístico de Baja California Sur. Después del Flying Sportsmen Lodge, en 1951 se abrió el hotel Las Cruces de Abelardo Rodríguez en La Paz. En 1953 abrió el Rancho Buena Vista Lodge en Cabo del Este. En 1955 abrió el hotel Hacienda Mulegé y en 1956 hotel Punta Palmilla el segundo de Abelardo Rodríguez en San José del Cabo, solo fue el inicio.[/two_first][two_second]
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El Hotel Tabor tenía su propia pista aérea; para entonces el pueblo contaba con una pista de aterrizaje y vuelos regulares de Trans Mar de Cortés que lo conectaron inicialmente con Guaymas y La Paz. Los barcos de cabotaje que recorrían las costas del Mar de Cortés fondeaban regularmente trayendo las mercancías necesarias, ya fuera de La Paz, de Santa Rosalía o de Guaymas.
En 1962 abrió sus puertas el Hotel Oasis, del matrimonio Benziger-Davis. La construcción de este hotel precedió una importante época, la del turismo de avión privado que convirtió a Loreto en el destino favorito. Eran los tiempos de bonanza en la pesca deportiva. Los tiempos en que decenas de avionetas ocupaban todos los espacios de estacionamiento y cuando ya no cabían se desbordaban hasta la calle. El turismo de avión privado era considerado de alto poder adquisitivo. Así empezó a consolidarse la vocación de Loreto, el turismo.
En 1967 abrió sus puertas el hotel Salvatierra; en 1970 la familia Arias-Salorio inauguró el hotel Misión, que volvió a abrir sus puertas totalmente remodelado en 2009 después de un tiempo sin funcionar; en 1971, abre sus puertas el hotel Playas de Loreto, ahora La Pinta; y en 1973 se inauguró el Aeropuerto Internacional de Loreto.
Aeroméxico absorbió Trans Mar de Cortés, y fue la línea que sirvió a Loreto hasta 1988. Con la apertura del entonces hotel Presidente, llegó a tener más de 17 vuelos a la semana. México, Guadalajara, Culiacán, Tucson y Phoenix eran los destinos que volaban de y hacia Loreto.
En los años setenta, con la construcción de la carretera transpeninsular, Loreto fue comunicado hasta Cabo San Lucas hacia el sur y San Diego hacia el norte, y en 1980, FONATUR inauguró el hotel Presidente Nopoló, con 250 habitaciones.