Sudcalifornia tierra de contrastes, mar, arena, cactus, montañas y sol. Un entorno terapéutico prodigioso, un elemento práctico para la mejora física, psicológica y social en las personas que lo habitan o la visitan.
La península de Sudcalifornia permite vivir cerca de la playa, con el privilegio de la suave arena, fresca brisa y agua salada del mar, una de las mejores terapias para la salud.
La mar ofrece muchos beneficios, tan solo permanecer en el agua sin nadar contribuye a relajar el cuerpo. Por otro lado, se recibe del oleaje un constante masaje. Se produce rehabilitación si se sufre de artrosis o articulaciones gastadas nadando en el mar. La cicatrización de heridas y algunos problemas de piel es otro padecimiento que se puede curar, puesto que componentes como el zinc, potasio y oligoelementos del mar ayudan.
Las caminatas sobre la arena del mar producen en las plantas de los pies un masaje que estimula toda nuestra esencia física y psicológica, además del sistema linfático y circulatorio. Seguramente después de una caminata de unos 25 minutos por la majestuosa arena en alguna playa del litoral, te ayudará a conciliar totalmente el sueño.
Tomar el sol en una paradisíaca playa frente el arco de Cabo San Lucas, o en la tradicional Playa de palmilla en San José del Cabo, especialmente en las horas recomendadas te permitirá sobrecargar de vitamina D.
Respirar la brisa marina en playa Costa Azul o en el Tule, o cualesquiera de las infinitas playas existentes en la península, fortifica una recuperación pulmonar, sana la mucosa y disminuye la tos. La brisa tiene un alto contenido de yodo, por esta razón cuando respiras la brisa regula la tiroides.
En esta tierra perfumada no solo el mar, la brisa y la arena son maravillosos escenarios terapéuticos, también existe la interacción con la vida silvestre, donde el entorno al aire libre fomenta también el crecimiento personal, la positividad y el enriquecimiento de la autoestima; es decir una terapia conductual. La naturaleza es una poderosa fuerza del equilibrio y generadora de cambio en las formas de vida.
Jesús López Gastelum originario de Santa Rosalía, B.C.S., en mayo del 1927, en su obra California del Sur dice:
Tierra huérfana de agua
y pródiga de sales y de espumas,
agreste geografía húmeda
con leche del cactus voluptuoso;
montañas inviolables que se yerguen
ocultando el tesoro de sus entrañas.
La tierra perfumada de Sudcalifornia, es un sorprendente destino turístico, y sobre todo un hábitat terapéutico que subyace al interior de sus maravillas naturales y culturales.
Está demostrado por varios estudios que la terapia de la montaña disminuye las dependencias, las depresiones y el uso de medicamentos. La montaña te hace vivir más lentamente.
Por otro lado, si recorres una montaña en compañía de un experto en senderismo, te platicará de la flora del desierto sudcaliforniano, y en especial de los cactus como: el cardón, la biznaga, la choya, el nopal. Conoce las particularidades, no solo en la belleza de las plantas desérticas, sino también en sus propiedades curativas, encontrarás seguramente remedios naturales.
El ambiente desértico es un alimento para el alma, lo decía Néstor Agúndez (1925) poeta originario de Todos Santos, B.C.S., “Los cactus son guerreros de mi tierra…vigila la quietud del monte…la choya se refugia en la hondonada… ¡La biznaga entre los riscos se halla…la gentil sonrisa de una pitahaya!”
Así como los cactus son los guerreros de esta región, los hombres y mujeres que desde tiempos históricos han pasado por este puño de tierra, son los vigilantes sociales, que generación tras generación van conformando la valiosa identidad sudcaliforniana, y aunado al mar, el sol y la montaña hacen de la tierra perfumada un majestuoso habitad terapéutico.