El arte rupestre, es sin duda un patrimonio cultural de enorme amplitud, y es el resultado de manifestaciones de grupos que habitaron en las diversas zonas donde hoy existen vestigios. Las cuevas que albergan conjuntos de pinturas son: La Pintada, Las Flechas, La Música, La Soledad, Boca San Julio, Cuesta Palmarito y El Ratón.
El acceso al complejo de montañas y grandes cuevas donde podrás ver los grandes murales es restringido para 2000 personas por año. Son pocos los privilegiados que enriquecen su espíritu con esta experiencia.
Te recomendamos llegar al bello San Ignacio y contactar al personal del INAH, para que te orienten y te autoricen el acceso a la zona. Tomando la carretera federal de San Ignacio a Guerrero Negro, se llega a una brecha de terracería (37 km) que conduce a una pequeña población enclavada en el corazón de las montañas “San Francisco de la Sierra”.
La Sierra de San Francisco es una región aislada y carece de caminos, visitar estos sitios requiere transitar por senderos de herradura, es decir donde solo pasan caballerías, pero no carros, el tour se realiza a lomo de mula o caminando, una verdadera y maravillosa aventura.
Si eres uno de los privilegiados que logre realizar este recorrido sorprendente te deslumbraras con un paisaje asombroso y salvaje que, además de su belleza natural, propicia el encuentro con un mundo ancestral en cada uno de los grandes murales.
¿Por qué puede resultar una aventura majestuosa?
En este mundo imaginario, en este paraíso desértico, los murales registran deseos, propósitos, pero sobre todo una profunda corporeidad de piedra, una fusión de la roca, lo rudo, lo áspero resistente al sol y a la noche.
Recorrer los senderos interpretativos, te ayudarán a trabajar tu confianza, la autoestima, la empatía con los acompañantes, la tolerancia, el manejo de crisis antes las exigencias físicas y la lejanía del estado de confort.
Imágenes humanas de grandes proporciones, con los brazos en alto, en colores, rojo, negro y amarillo parecieran nos dan la bienvenida a esta tierra perfumada. La sierra de San Francisco es una fortaleza natural: formaciones volcánicas al centro de una serie de planicies, que conducen a un gran templo de arte, del centro de esa gran materia volcánica salen varias cañadas hondas, que al mismo tiempo son el acceso a La Sierra.
Son pocos los aventureros, pero son cuantiosas las emociones. ¡Atrévete a visitar este lugar inimaginable!