Hay un romance entre el mar, la arena y la tierra en Sudcalifornia. Del mar vienen los vientos que forman esas maravillosas y singulares figuras de arena como medias lunas y estrellas perfectamente trazadas, es poseedora de espacios asombrosos donde las acumulaciones o montañas de arena se forman tanto en las zonas desérticas como en las costas. Las dunas son como otro mar, pero hecho de arena.
Marco Polo cuenta en El libro de las maravillas cómo al atravesar las llanuras mongolas escuchó el tambor de las arenas. El origen del canto de las dunas estaría en la sincronización de los granos de arena al escurrir unos sobre otros formando las típicas grietas que se observan a menudo sobre las dunas y los bancos de arena. Sin embargo, no es posible encontrar estas cordilleras en todas las dunas debido a las condiciones geomorfológicas. Pero, eso sí, en la mayoría de las dunas lo que oímos es el suave silbido o murmullo provocado por el viento al incidir sobre la arena.
En este paisaje tan diverso, en este espacio de tierra, en esta geografía sudcaliforniana, podemos recorrer de norte a sur o de sur a norte y encontrarnos con la aventura, el misterio y el romanticismo.
En la Reserva de la Biósfera de Vizcaíno se encuentran las Dunas de la Soledad o también llamadas Dunas de Don Miguelito, localizadas aproximadamente a 10 kilómetros al este de la Laguna Guerrero Negro, un lugar que colinda y contrasta con el mar de manera espectacular, formadas naturalmente como una barrera para protegerse del embate de las olas y de los vientos causados por los fenómenos naturales.
Las dunas de Bahía Magdalena son otro atractivo, en especial estas dunas. Son una invitación a disfrutar no solo de un mar de arena, sino de toda una biodiversidad que integra islas y humedales, donde la vida marina y silvestre forman parte de todo este complejo natural. En sí esta porción de tierra está llena de misterios y aventura.
En La Paz, existe un ecosistema de dunas costeras cerca de la ciudad, a 30 minutos. Dirigiéndose hacia el norte por la Carretera Transpeninsular llegarás a un entronque a San Juan de La Costa. En el kilómetro 4, está la desviación por un camino de terracería que conducirá al mar y a las Dunas del Mogote. Durante esta travesía los guardianes del desierto, los cactus — con sus formas extravagantes y variedad de flora — te acompañarán. Encontrarás también fauna como correcaminos, lagartijas, liebres, cardenales rojos, amarillos, y águilas pescadoras descansado sobre los cardones. El atardecer es el momento perfecto para disfrutar de este lugar, desde aquí podrás tener una espectacular vista de la ciudad de La Paz y su malecón.
Al sur del río Mulegé y cerca de la Bahía Concepción se encuentran las Dunas de El Gallito. El punto de referencia es una colina volcánica. Es posible apreciar las dunas desde la Carretera Transpeninsular. En otoño, puedes ver la arena brillando en un verde intenso.
La Tierra Perfumada tiene innumerables zonas de dunas, incluso en las inmediaciones de Cabo San Lucas, por la zona de Cabo del Este, y por diversos parajes de la gran península Sudcaliforniana. Las dunas son atracciones turísticas propicias para la aventura, caminar y divertirse en tablas de surf sobre la arena. El misterio que encierra estos recursos está más allá de la imaginación. Al amanecer, durante el día, al atardecer o por la noche, ya sea en la oscuridad o en las noches de luna son un gran espectáculo que favorece el romanticismo.
El escudo oculto de las dunas se muestra cuando las olas sacan arena del fondo del océano y la depositan en la playa. La profundidad del agua se reduce de tal manera que hace que las olas rompan un poco más lejos, proporcionando más protección. Por eso los elementos básicos de una duna son arena, viento y un poco de vegetación.
Una duna también alberga plantas y animales, algunos de los cuales solo pueden sobrevivir en entornos de dunas y están en peligro de extinción. Las dunas son espacios vulnerables donde los humanos interactuamos con acciones y actitudes positivas hacia estos recursos naturales.
Las dunas son como silueta caprichosa…parida en este desierto sudcaliforniano, hermanada con los vientos, yacija de grandes leyendas… tierra huérfana de agua…y pródiga de cactus, arreboles y amor.