El Sargento con su anexo La Ventana, es el peculiar nombre que se dio a estos dos ejidos por resolución presidencial el 25 de agosto de 1949. Hace mucho tiempo, las familias de este pequeño poblado trabajaban en el mar en las actividades de pesca y buceo para extracción de perlas.
Las perlas eran el principal comercio porque se trataba de una zona rica en ostras.
Lo que poca gente conoce de este lugar es que, en algún momento de su historia, La Ventana se convertiría en el remitente de la leyenda de “The Great Lemon”, la ostentosa perla que orgullosamente posa sobre la corona británica de la reina Isabel II.
Durante un reportaje acerca de Baja California Sur en 1972, National Geographic descubrió a un personaje, a Salomé León Lucero, de 79 años, quien era buzo perlero oriundo de La Ventana. Entre sus hazañas, contó que logró salir con vida de un encuentro cara a cara con un tiburón al defenderse hábilmente con su canasta de ostras.
Además, se cree que, entre todas las perlas que extrajo a lo largo de su vida, Salomé obtuvo un ejemplar de gran tamaño con reflejos verdosos: ¡posiblemente la legendaria perla de la corona!
Salomé trabajaba con Ruffo Hermanos, quienes eran comerciantes de abarrotes, licores, cerveza, tela, entre otras mercancías. Cuenta la leyenda que la perla fue entregada a los empresarios que se encontraban en ese ejido durante esa época y fue escalando de persona en persona, hasta situarse en la corona. Quizá ellos se convirtieron en el medio para que este tesoro paceño llegara a San Francisco, California, USA, como obsequio al embajador del Reino Unido.
Si bien este tema ha sido objeto de numerosos debates, es un hecho que esta leyenda se ha convertido en parte de la identidad sudcaliforniana y que nos remonta a una de las actividades practicadas incluso por los primeros pobladores de la región.
Hoy, el relato de esta famosa perla existe no solo en los habitantes de La Ventana, sino también en los viajeros que sucumben ante el hechizo de la península y sus leyendas.