El invierno está en puerta y con ello una época mágica de celebraciones en familia, amigos, fiestas y nostalgia. En el mundo del vino en el hemisferio norte las vides quedan en reposo, en un estado de “hibernación”, preparándose para otro ciclo en primavera. Mientras que, en el hemisferio sur, vendimias y viñedos verdes y frondosos invitan a degustar la bebida que tanto amamos, que es el vino. A continuación, nuestras recomendaciones para esta época especial.
¡Qué mejor que las burbujas para invierno, temporada de celebración y festividades! Puede ser un cava elaborado principalmente de Xare-lo, Parrellada y Macabeo. Un Prosecco de la uva Glera, gran aperitivo. Un Champagne proveniente de Francia elaborado a partir de uvas como Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Menier, todo sinónimo de calidad y de los vinos más exquisitos que existen.
El vino espumoso siempre es el pretexto para un convite, así como un aliado a la hora de maridar los platillos. Algunos ejemplos para probar son: un cava con un delicioso lomo de cerdo y salsa de ciruela; un Prosecco con una tabla de quesos y charcutería; o un Champagne que, sin duda, puede maridar con langosta o mariscos, o el tradicional pavo navideño.
Para el Sauvignon Blanc o Verdejo el proceso de crianza por lías les otorga mayor cuerpo y untuosidad en boca. Acompañan de manera excelente los platillos como pastas, pures, estofados, hortalizas o pescado cabrilla, camarones a la plancha, calamares, tempuras, además de otros productos del campo que asociamos siempre con esta emotiva estación.
No podemos olvidar los vinos tintos, como Pinot Noir con su delicadeza y elegancia; un Malbec con sus envolventes aromas de especias dulces y frutos como la ciruela, frambuesa y moras; o un Merlot, que delicado pero corpulento en boca, acompañado con unas notas a chocolate es perfecto para estos tiempos más fríos. Y, ¿por qué no?, un buen Oporto que es un excelente digestivo para una larga noche con una deliciosa cena.