“Para encontrar un equilibrio debes mantener tu estructura segura, reservar tiempo para ti, para hacer algo que te de paz y así podrás ver por los demás”.
Las costas de Los Cabos han sido el hechizo que atrapa a los surfistas que, atraídos por el reto de conquistar las olas terminan seducidos por este paraíso. Fue justamente de esta manera como Lucía Hatfield, egresada de Juris Doctor en Univeristy of Southern California y actual vicepresidente de DelMar Development quedó prendada del encanto mexicano desde 1984.
Gracias a su profesión, Lucía desarrolló la capacidad de conectar con las personas y floreció en ella el deseo de superarse, enfrentar las adversidades y realizar acciones que le permitieran ayudar a los demás.
Además de haber ejercido la carrera de derecho, Lucía ha cultivado una trayectoria en el ámbito de los negocios en DelMar Development, lo que le ha permitido conocer el sector empresarial de Los Cabos y empatizar perfectamente con las necesidades de la comunidad, por lo que desde 2015 forma parte de Grupo Madrugadores de Los Cabos: comunidad conformada por empresarios que buscan mejorar las condiciones de vida en el destino.
Su equipo de trabajo ideal depende de los objetivos, en toda organización debe haber una personalidad de guerrero, que plantee estrategias; alguien sabio, que mantenga el enfoque; el humanista, para que mantenga la paz y el balance entre todos, y por supuesto que sean trabajadores. Y en esos roles considera que no siempre es la misma persona, pueden intercambiarse según las circunstancias.
La familia es uno de los pilares para Lucía, quien admira profundamente a su madre y a quienes la formaron para convertirse en la mujer plena que es hoy en día, capaz de apreciar la importancia de las pequeñas cosas y caminar hacia el mañana con entusiasmo y fe.
Para Lucía, cada persona que se ha presentado en su vida ha sido importante para forjar su identidad y la ha ayudado a superarse en todos los aspectos. Cada capítulo que nos compartió de su historia personal y profesional nos hizo darnos cuenta del valor de la gentileza y la gratitud que han regido sus acciones marcando sus pasos con disciplina, constancia y respeto.
“Creo que debemos ser gentiles y aceptar todo con gratitud. Yo agradezco lo bueno y lo malo, porque de lo malo he aprendido. De cierta manera, son lecciones que enseñan y me han hecho la persona que soy, por lo que estoy muy contenta”.