En Rancho Cacachilas vivirás una experiencia holística rodeado de naturaleza endémica, actividades de aventura, y un gran propósito regenerativo. La biodiversidad y los paisajes únicos con montañas, cañones, arroyos y una rica flora y fauna resultan un destino fantástico para quienes buscan una experiencia inmersiva en la naturaleza, combinada con aventura y aprendizaje. Entre La Paz, El Sargento y La Ventana se encuentra este original rancho, con maravillosos paisajes rodeados de montañas y el Golfo de California.
Despertar en estas cómodas cabañas, con el canto de las aves y un cafecito humeante mientras el sol aparece sobre el horizonte bañando de luz el espacio es un verdadero sueño. La vista de la Bahía de la Ventana y la Isla Cerralvo es única y la experiencia de vivirlo, intransferible.
Rancho Cacachilas es un paraíso para los amantes del senderismo y el ciclismo de montaña. Cuenta con más de 60 kilómetros de senderos privados de calidad IMBA para ciclismo de montaña, caminatas, senderos y paseos en mula, las opciones de exploración son irresistibles. A lo largo del camino, se disfrutan unas vistas preciosas de la Bahía La Ventana, la Isla Cerralvo y la Sierra de la Laguna, el pico más alto en el estado de Baja California Sur.
Los excursionistas más experimentados pueden completar los senderos Long y Sky que conducen hasta lo alto de la Sierra, disfrutando de increíbles vistas panorámicas de La Paz y sus alrededores. Los amantes de la adrenalina pueden pedalear por el sendero de Santa Rosa, Montecristo, La Cruz y la Palmillosa, explorando las escarpadas montañas de la Sierra de las Cacachilas. Para pedalear en Rancho Cacachilas no es necesario traer una bici propia, se tiene el servicio de renta en la tienda Mountain & Bike Hub localizada en el pueblo de El Sargento.
Para completar la estancia, nada como degustar la gastronomía de Rancho Cacachilas. Los platillos están basados en los sabores de la región, hechos con productos provenientes de los huertos orgánicos, del manejo holístico del ganado y crianza sustentable de totoaba y ostiones. Imperdible resulta este paseo de texturas para el paladar, desde el rancho a la mesa.