La región central de Baja California Sur fue la ubicación de las misiones de las Californias. Es donde se establecieron los primeros jesuitas, quienes forjaron el cimiento de la colonización de la Antigua California, madre de las tres Californias actuales.
Al desaparecer las misiones, a principios del siglo XIX, las personas que vivían aquí o en las cercanías dieron origen a los pueblos misionales. Estas comunidades sobrevivieron en la desértica región porque las misiones se situaron en extraordinarios y hermosos oasis en laderas de Sierra La Giganta.
Comondú tiene tres diferentes entornos: Sierra La Giganta, que es la región de los oasis; Valle de Santo Domingo, región agrícola donde se concentra la mayor parte de la población, y la región costera, con la enorme riqueza marítima del océano Pacífico. Cada uno de estos tres lugares tiene características únicas.
La región de los oasis
Oasis… “sitio con vegetación y manantiales, pero también… un espacio de remanso, tregua, descanso y refugio de las penalidades o contratiempos de la vida”. Moguel, P. en Evocando al edén. Cariño, M; Breceda, A; Castorena, L. (2013)
La península de Baja California cuenta con 184 oasis, en el sur se encuentran 171. La mayor parte emergen alrededor de la Sierra La Giganta. Los viajeros que exploran sienten la imponente presencia del desierto sudcaliforniano, con sus bosques de cardones, pitahayas, chollas, mezquites y otros arbustos del desierto.
En esta parte de Comondú existen diseminados pequeños pueblos-oasis y ranchos que existen en una dimensión temporal extraordinaria, pues el tiempo avanza con un ritmo diferente. Algunos son los pueblos más antiguos del Estado, como: San José de Comondú, San Miguel de Comondú, La Purísima y San Luis Gonzaga, y otros poblados pequeños, Paso Hondo, San Isidro, San José de Guajademí.
Estos asentamientos de los oasis sudcalifornianos están habitados por personas descendientes de los más antiguos californios no indígenas, y su forma de vida tiene aún reflejos de otros tiempos. Son lugares acogedores, alegres, hospitalarios y sencillos. Los visitantes de inmediato se sienten atraídos por la dinámica.
Al visitar estos pueblos es inevitable tener la sensación de retroceder a una época del pasado, por la tranquilidad con la que se desarrollan las actividades, la apariencia de calles, construcciones, y las costumbres de la gente, incluyendo su peculiar gastronomía. A cualquier hora los ruidos del entorno inspiran un acercamiento con la naturaleza.
La región costera
Las islas Margarita y Magdalena dan forma a Bahía Almejas y Magdalena, aportan más de 550 km de litorales. Aquí abundan los pescados y mariscos. Langosta, camarón, ostión, pulpo, almeja catarina, pata de mula, callos de hacha y otras especies de pescado son algunas opciones dentro de los menús en los tradicionales restaurantes y palapas en los poblados de Isla Magdalena, Puerto San Carlos, Puerto Adolfo López Mateos y San Juanico. La langosta y el camarón son de primerísima calidad en otoño e invierno, materia prima con frescura inigualable para la gastronomía tradicional.
El principal atractivo en Bahía Magdalena es el avistamiento de la ballena gris. Estas magníficas criaturas llegan en temporada de su reproducción que abarca desde diciembre hasta marzo, época en la que acuden a tres cuerpos lagunares de Baja California Sur para aparearse y parir. Los residentes de Puerto San Carlos y Puerto Adolfo López Mateos organizan excursiones para conocer de cerca este cetáceo, también es común observar otros mamíferos marinos como delfines y lobos marinos.
En la parte norte, hay esteros cubiertos de manglares que permiten adentrarse en kayaks por kilómetros a un entorno inexplorado y experimentar místicos momentos de convivencia con una naturaleza. Casi frente a Puerto Adolfo López Mateos, se localiza una enorme cordillera de dunas de blanca y suave arena sobre Isla Magdalena ideal para meditación y descanso. Siguiendo hacia el norte, por la franja costera, se hallan dos comunidades de pescadores llamadas La Poza Grande y Las Barrancas habitadas casi exclusivamente por familias de tradición pesquera, gente de trabajo sencilla y amable.
San Juanico es una pequeña comunidad pesquera que en los últimos años ha despertado súbitamente a la actividad turística. Es visitada por turistas que acuden a este remoto lugar para practicar el surf en Bahía Escorpión. Existen zonas ideales para que principiantes practiquen este deporte sin riesgo, y otras donde profesionales disfrutan del oleaje en todo su esplendor. Las olas son conocidas por tener el recorrido más largo del mundo, esta fama atrae a surfistas de Estados Unidos, Australia, Italia, Japón y otros países para comprobarlo.
La pesca deportiva es otro atractivo pues se puede capturar una gran variedad de especies marinas como el dorado, jurel, atún de aleta amarilla y de aleta azul, o pez vela; en pesca de fondo, tiburón mako, garropa, mero, cabrilla, lenguado, curvina y otros tiburones, además se cuenta con Bocanas de Cadejé y San Raymundo, en donde se puede practicar la pesca con caña y el buceo con arpón.
La región agrícola
La mayor parte de la población de Comondú vive actualmente en las ciudades y pueblos que hay en la región agrícola en el Valle de Santo Domingo. La inmensa llanura que desciende desde la sierra hasta la costa occidental, cuyo nombre era “Llanos de Magdalena” era un territorio prácticamente despoblado a principios del siglo pasado. En los años 40’s se invitó a personas de todo el país a establecerse. Se proporcionaron a las familias pioneras gastos de viaje y apoyo financiero para el desarrollo de oportunidades agrícolas.
De aquí surgen colonias agrícolas, entre ellas: Ciudad Constitución, Ciudad Insurgentes, Villa Ignacio Zaragoza y Villa Morelos, todas sobre la ruta 1. Comprende más de 500,000 hectáreas de terreno apto para la agricultura, las tierras se riegan con agua que se extrae de pozos. La población tiene diversos orígenes de la zona continental de México, por lo que la gastronomía es más variada que en el resto del municipio. Hay machaca de res y de pescados como mantarraya y marlín; mariscos y albóndigas de pescado, cabrito de leche, empanadas de carne, comida típica mexicana, (pozole, menudo, barbacoa y antojitos) quesos, dulces de leche, guayabate y dulces en almíbar.