El Pescadero

Una comunidad campestre

Es un hermoso pueblo costero del lado del Océano Pacífico en el kilómetro 64 de la Carretera Federal entre Cabo San Lucas y Todos Santos. Esta área es famosa por su estilo de vida relajado junto al mar y sus impresionantes playas. Los viajeros, particularmente aquellos que abrazan la cultura vanlife, se sienten atraídos por las impresionantes playas de Cerritos, Punta Lobos y San Pedrito. Vanlife es una opción para viajar en la que las personas residen en un vehículo, ya sea tiempo completo o definido, lo que les permite explorar el mundo y disfrutar de nuevas aventuras.

Contrario a lo que el nombre podría indicar, esta comunidad en desarrollo centra mayormente sus actividades económicas en torno a la agricultura. Según el Diccionario Sudcaliforniano de Gilberto Ibarra Rivera, por resolución presidencial “del 17 de noviembre de 1937 —aunque fue publicada el 17 de noviembre de 1952— se dotó de ejido al poblado El Pescadero, otorgándole una superficie de 1,358-00-00 hectáreas para beneficiar a 143 personas capacitadas en materia agraria.

A lo largo de los años, El Pescadero se ha expandido y aprovechado la fertilidad de su tierra, alentados por la bonanza del clima para sembrar vegetales, hortalizas, hierbas aromáticas y fruta. La albahaca, la fresa y el chile son los ejemplares más comúnmente cultivados. Cada año tienen el Festival del Chile, la Fresa y sus Hierbas Aromáticas, celebrado en abril, regularmente donde se pueden adquirir estos productos en el tianguis que se monta costeando la carretera, la verbena incluye una cabalgata de Todos Santos a El Pescadero y por supuesto, el baile.

En El Pescadero se percibe una comunidad muy participativa, llama la atención como sus habitantes tanto locales como extranjeros mantienen un intercambio cultural para integrarse a una vida sustentable.

En nuestra reciente visita, recorrimos algunas huertas que nos permitieron conocer acerca del estilo de vida tan peculiar en el que se desenvuelve este tranquilo ejido. Primero llegamos con los hermanos José Alcides y Carlos Ignacio Villarino Gutiérrez con quienes paseamos por las parcelas donde la sandía, guanábana, aguacates, pepino, tomate y demás vegetales hacen contraste entre el verdor de las hojas, los colores llamativos y portentosos tamaños.

Fue interesante conocer que la mayoría de los productos son exportados, no obstante, surten también algunas empresas locales como Agricole Cooperativa sitio famoso entre los locales por sus deliciosas fresas con crema.

Posteriormente, acudimos a Baja Sage, donde Elisa Allen Arias y Roger Herrera Tapia nos platicaron acerca de este proyecto que nació con la idea de sembrar y producir alimentos regenerativos. Con empeño y dedicación, han trabajado el suelo durante tres años para cosechar líneas de plátanos, papayas, distintas hierbas aromáticas, rábanos, betabeles, nopales, tomates, manzanilla, menta, entre otros. En el proceso, han creado alianzas con diversas organizaciones vecinas. Su compromiso y dedicación son evidentes en su trabajo.

Si deseas conocer el sabor de los productos orgánicos en el sur de la península, El Pescadero es un lugar que debes agregar a tu itinerario.

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