Si rememoramos la leyenda de La Llorona del Faro Viejo de Guerrero Negro, resulta paradójico pensar que los faros existen para la seguridad marítima. Los navegantes tienen su punto de referencia en las noches oscuras, que les permite moverse de manera segura y evitar accidentes. Sin embargo, los lugareños relatan una historia diferente.
El Faro Viejo de Guerrero Negro, al igual que otros, tiene un valor simbólico y es hoy objeto de uno de los mitos del poblado. Además de su función original como ayuda a la navegación también se ha convertido en un atractivo turístico.
La leyenda cuenta que en las noches de luna llena se puede escuchar el lamento de una mujer que llora desconsoladamente cerca del faro. Antiguos pescadores han narrado que se trata del hogar nocturno de una dama vestida completamente de blanco de larga cabellera negra. Esta mujer era madre soltera y una noche de luna llena, su hijo fue arrastrado por una fuerte corriente hacia el amar, de donde nunca regresó.
La mujer, al enterarse de la tragedia, enloqueció de dolor y desesperación. Desde entonces, se dice que su espíritu vaga cerca del faro, lamentándose por la pérdida. Su llanto se mezcla con el viento y las olas del mar.
Algunos lugareños aseguran haber visto el espectro de la Llorona del Faro Viejo en las noches de luna llena, vagando por la costa con su vestido blanco empapado de agua de mar. Esta historia ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en parte del folclore local de Guerrero Negro.
Con su riqueza natural y cultural, Guerrero Negro ofrece una interesante mezcla de mitología tradicional mexicana y moderna, como el Monstruo del Vizcaíno, los Extraterrestres del desierto o el Ballenero fantasma. Pero más allá de sus historias fantásticas, la leyenda de la Llorona del Faro Viejo también invita a reflexionar sobre el miedo, la esperanza, lo desconocido y lo inexplicable.