Alma a quien todo un Dios prisión ha sido, / venas que humor a tanto fuego han dado, / medulas que han gloriosamente ardido:/ su cuerpo dejará, no su cuidado;/ serán ceniza, más tendrá sentido;/ polvo serán, más polvo enamorado
Francisco de Quevedo
Santa Rosalía debe su origen al desarrollo de la minería, fue a partir de las dos últimas décadas del siglo XIX cuando Mulegé comenzó a cambiar debido a la instalación de la compañía francesa El Boleo. Con ello arribó el ferrocarril, la luz eléctrica, el teléfono, el telégrafo, el reloj público y una impresionante arquitectura, como fue el templo de hierro prefabricado atribuido a Gustavo Eiffel. De igual forma, su población también experimentó cambios, al respecto la afluencia de personas tanto nacionales como extranjeras, generó una sociedad más diversa culturalmente y dio paso a cientos de historias, muchas de ellas de amor.
[two_first] En este contexto se suscitaron lazos entre la población mexicana y francesa, algunas de esas historias versaron sobre enlaces matrimoniales entre ciudadanos franceses y jóvenes mexicanas, los cuales lograron atenuar el paisaje aparentemente agreste de Santa Rosalía y convertirlo en un destino armonioso. Por ejemplo, en una fiel descripción que hace la escritora Rosa María Mendoza Salgado en un libro: “los franceses se establecieron en un lugar donde no vieron llover jamás”. Sin embargo, sería conveniente agregar que lograron echar raíces y ver un futuro floreciente.[/two_first][two_second]
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El Boleo fue una compañía creada por la Casa Rothschild y la Mirabeau Banking Corporation de París, obtuvo 7 de julio de 1885 un contrato del gobierno federal para explotar todas las minas del Distrito de Santa Agueda, Véase Edith González, 2000, La Compañía El Boleo: su impacto social en la municipalidad de Mulegé (1885-1918), México, Universidad Autónoma de Baja California Sur/Minera Curator, S.A. de C.V./Colegio de Bachilleres de BCS.
Las ceremonias de índole religioso se vieron enriquecidas con la Parroquia de Santa Bárbara, cuyo diseño se atribuye a Gustave Eiffel, por ejemplo: “El 21 de diciembre de 1897, el padre italiano Juan Rossi bendijo la unión de Antonio Zazueta y Ángela Cajera, el primer matrimonio religioso… el primer bautizo fue el de la niña María Merced Villa, que se efectuó el 2 de enero de 1898”. Op Cit., Gonzalez 2000: 83.
Rosa María Mendoza Salgado, 2015, Crónicas de mi puerto. La Paz 1830-1959, AHPLM, La Paz. BCS
Augusto y Consuelo Nopper
Augusto Nopper, nació en Francia. Cuando llegó a Santa Rosalía encontró no solo la localidad idónea para establecer su residencia y ejercer un puesto gerencial, sino que se casó con una mexicana. La joven Consuelo se convirtió en su compañera de vida y una parte importante de sus memorias que han servido para reconstruir esbozos del acontecer histórico de ese periodo. Según Consuelo, Augusto recién llegado al Boleo, fue a pasearse al campo y al ver salir la luna, contemplándola dijo: “Este es el país donde me quedaré para siempre”. Sin embargo, dicho anhelo no pudo cumplirse dado que el matrimonio se trasladó a Suiza debido a su enfermedad con el paso de los años y tras la dimisión al puesto.
[two_first][/two_first][two_second] Las memorias aludidas también recuperan parte de las conversaciones de aquellos años, hablaban sobre sus perros Djinn y Betty, generalmente no hablaban de aspectos concerniente a la empresa, seguramente porque en la época el mundo de los negocios no traspasaba los límites del hogar.
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La señora Consuelo Nopper retrató un paisaje mágico y querido, inclusive compartió haber acompañado a su marido a las visitas anuales a los ranchos de la compañía. Al final, la inminente partida de la pareja aconteció del siguiente modo:
“El día de su partida de Santa Rosalía, algunos miembros del sindicato se presentaron en casa a despedirlo. Cuando anunciaron su visita, Augusto telefoneó a la tienda pidiendo champaña que todos bebimos reunidos. No pudo acompañarlos hasta el pie de los escalones como acostumbraba, se devolvió porque sollozaba”.
La Familia Plouin
Otra historia que alberga lazos amorosos que trascendieron fronteras, involucra al director de explotaciones de la compañía, Raul Plouin y su joven esposa mexicana. Del director francés se comentó: “sus principios no le impidieron [….] enamorarse de una mexicana y casarse con ella. De esa unión existen en el país descendientes educados en Francia y bien establecidos en México”. En publicaciones de la época, se mostraba la presencia del matrimonio en distintas actividades de la localidad. Por ejemplo, similar al trabajo realizado por el director francés en El Boleo, era común ver a la señora Plouin en las actividades sociales y culturales de Santa Rosalía: kermeses, fiestas, reuniones, eventos escolares, por nombrar algunas.
El Sr. Santalier y la joven Loreto
[two_first] Algunos amores comenzaron en Santa Rosalía, aunque nunca se consumaron. Tal fue la historia relatada en las memorias de la propia Consuelo Nopper, sobre la joven Loreto, perteneciente a su familia. En aquella época se narra que en la casa de la familia Garayzar tenían lugar bellos bailes donde los jóvenes de ambas nacionalidades coincidían. Para algunos, las amistades se convertirían en un sentimiento inquebrantable, como el caso del Sr. Santalier, de nacionalidad francesa y quien trabajó en la compañía, el cual consideró a la joven Loreto, “la mujer de su vida”.[/two_first][two_second]
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Tras unas vacaciones de él a Francia la perdió. Resuelto a pedir su mano a su regreso, se encontró con la noticia de que la joven Loreto se había casado y abandonado el lugar.
Tiempo después, Santalier hizo lo mismo y también contrajo nupcias con una mujer francesa. Sin embargo, aquel anhelo de antaño quedó plasmado en la amabilidad que Santalier siempre mostró a la familia de Loreto y como homenaje inquebrantable al recuerdo de aquellas fiestas en casa de los Garayzar.