San José del Cabo se transformó durante dos noches inolvidables, el 23 y 24 de mayo, con la 11ª edición del Festival Internacional San José Jazz Weekend. La zona hotelera se convirtió en un punto de encuentro para la música, la comunidad y la emoción compartida. Bajo el cielo estrellado, con la brisa del mar como telón de fondo, el festival ofreció un despliegue artístico de alto nivel que dejó huella en todos los asistentes.
Desde las seis de la tarde y hasta pasada la medianoche, el espacio se llenó de armonías exquisitas, improvisaciones brillantes y silencios que hablaban tanto como las notas. Cada agrupación que subió al escenario demostró una calidad profesional impecable, capturando al público desde el primer acorde. El sonido fue nítido, equilibrado, con una producción que realzó cada matiz y detalle musical.

El ambiente fue, sin exagerar, mágico. Familias, grupos de amigos, turistas y amantes del jazz se reunieron en torno a un lenguaje común: la música. Se respiraba alegría, respeto y admiración. De esos eventos que no solo entretienen, sino que fortalecen los lazos comunitarios, celebran lo mejor del arte y renuevan el espíritu colectivo.


Dirigido por Raquel Rocha y con la curaduría del reconocido baterista Hernán Hecht, el festival presentó una programación internacional y diversa: desde propuestas locales hasta figuras de renombre como la pianista japonesa Miki Yamanaka. Proyectos como T’orus y A Love Electric ofrecieron presentaciones memorables, confirmando que el jazz continúa siendo una fuerza creativa en constante evolución.
Además de la oferta musical, el San José Jazz Weekend incluyó una animada feria gastronómica y de arte. Food trucks, cocina local y expositores artesanales ofrecieron sabores y piezas únicas que enriquecieron la experiencia cultural del festival.


El cierre del viernes fue glorioso: una jam session en el restaurante Penca, sede oficial del evento, reunió a músicos locales con Yamanaka y Hecht. Más que una improvisación, fue un diálogo íntimo y espontáneo entre artistas que se entendieron sin palabras. El público, en silencio atento, fue testigo de un momento irrepetible.
La segunda jornada, el sábado 24, mantuvo (y superó) las expectativas. Una asistencia aún mayor colmó el recinto, reafirmando el entusiasmo del público. El espíritu del festival se sostuvo con música de gran calidad, convivencia cálida y un entorno donde distintas generaciones, acentos y sensibilidades encontraron un mismo latido.
Con esta edición, el San José Jazz Weekend reafirma su lugar como uno de los festivales culturales más importantes de Baja California Sur. Lo que ocurrió en estas dos noches fue mucho más que un espectáculo: fue una celebración del arte hecha con visión, rigor y amor por la comunidad. Porque cuando la cultura se toma en serio, el resultado es evidente: excelencia.