Espárrago de exportación y orgullo local

Francisco Javier Álvarez

En Los Gansos, bajo un sol que dora los surcos, Francisco Javier Álvarez avanza entre hileras de espárrago como quien presume una joya recién pulida. El director de Agricultura de Comondú sonríe al decir que aquí, en pleno desierto sudcaliforniano, se cultiva “el Ferrari de las hortalizas”. Y no exagera. Hortícola Santo Domingo, gigante mundial del agro, y su hermana Agroproducto Las Cumbres conducen este oasis verde donde 40 a 50 trabajadores cortan, empacan y despachan delicias rumbo a mesas exigentes de Estados Unidos y Europa.

“Todo lo que se produce aquí se va fuera del país. No queda un solo espárrago en el mercado local. La demanda internacional es altísima”, comenta Francisco.

En todo Comondú se extienden unas 7,500 hectáreas de espárrago de primera, sembradíos que han convertido al municipio en un inesperado rockstar agrícola de Latinoamérica. Aunque la aventura empezó tarde comparada con otras zonas, la curva de aprendizaje fue meteórica: cada semana se suman productores locales que, aun en menor escala, levantan tallos capaces de competir codo a codo con los de las grandes empresas.

“La calidad que tenemos en Comondú no le pide nada a nadie. Es una tierra bendita para el espárrago, y lo estamos aprovechando”, afirma con orgullo.

La rutina de cosecha suena casi a coreografía: a las seis de la mañana las cuadrillas entran con cuchillos afilados y, entre chistes y canastas, terminan antes del calorón de las diez. El sol aprieta, el espárrago brota de nuevo y, como si el campo llevara un reloj oculto, a las tres de la tarde vuelven a la faena hasta las seis. Dos cortes al día, cortesía de un clima hecho a la medida. Así, entre polvo, sudor y disciplina, Comondú se reafirma como la capital del espárrago.

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