“Aún no he llegado a donde quiero, seguir buscando es parte del juego”.
La camaradería entre Felipe Rebelo y Jesús Corral fue notable. La escucha activa es fundamental para enriquecer el diálogo, y eso es, precisamente, lo que aportó Jesús, miembro del consejo editorial y autor de la columna de Tendencia, “Viajando”. Así, descubrimos a Felipe Rebelo, socio y director general del Grupo Bahia. Fuimos testigos de una profunda historia de vida a lo largo de diferentes países, donde la experiencia y la fortaleza para superar los retos han estado presentes en cada etapa.
Al llegar a Muna, el restaurante dentro de Nobu Hotel Los Cabos, Felipe mencionó que no solía hablar de sí mismo. Lo notamos durante el trabajo de preproducción, había poca información sobre él. Sin embargo, la calidez de Jesús hizo que Felipe se sintiera en confianza y la conversación fluyó.
Oriundo de Sao Paulo, Brasil, a lo largo de sus 27 años de carrera, se ha dedicado a aprender sobre cada aspecto en la industria de la hospitalidad. Estudió, vivió y trabajó en México. Después de graduarse en Les Roches Swiss School of Hotel Management, en el campus ubicado en Marbella, España, dedicó sus primeros años a programas intensivos de formación en propiedades de renombre en Europa yBrasil. “Les Roches es una institución que ha dejado una huella en mi carrera. Llevo su escudo con orgullo y me siento privilegiado”.
Felipe Rebelo se desempeñó como Asset Manager y Project Director para Peñasco del Sol y Transwest Properties en Sonora, Arizona. Ocupó posiciones ejecutivas en Grupo Posadas, participando en aperturas y tomando operaciones de bajo desempeño. Actualmente es socio y director general de Bahia Hotel & Beach Club, Bar Esquina, Sur Beach House, The Sandbar Club y Billygans Beach Club en Playa El Médano.
Con una trayectoria enriquecida por experiencias globales, su corazón, comentó, está en México: “Los Cabos por 16 años ha sido el lugar donde está mi hogar, junto a mi esposa y mis dos hijas”.
Jesús: Empecemos, ¿cómo decides ir a estudiar a España?
Felipe: “Nos mudamos a México cuando estaba por cumplir 16 años. Nací en Maringá, Paraná, Brasil. A los cuatro años, nos cambiamos a Sao Paulo, por una oportunidad en la empresa en donde trabajaba mi padre. Crecí en Sao Paulo, una ciudad cosmopolita, vertical, compleja, en donde muchas de las tendencias tuvieron origen, ¡me encantaba!
Tuve una infancia excepcional, mi principal entretenimiento estaba en los deportes, viviendo y aprendiendo de la comunidad y haciendo lazos de amistad. Un día, en una cena familiar, mis padres anunciaron que nos íbamos a mudar con la misma empresa. Pensamos que sería en algún lugar en Brasil, pues mi padre era responsable de todo el país. Para sorpresa, nos dijo: México”
La familia rebelo recibió con entusiasmo la noticia, aun desconociendo el país en los 90’s. Al año siguiente estaban aterrizando en ciudad de México. Un Felipe adolescente llegó para terminar sus estudios en preparatoria y se graduó a los 17 años.
“A esa edad no sabemos qué es lo que realmente queremos estudiar. Yo tenía la ingeniería marcada por mi padre, mis tíos y gente cercana. Pensaba: ‘quiero ser ingeniero mecánico en robótica más enfocado a automotriz’ porque era la parte que me apasionaba. Sabía poco del tema, no era una aspiración de cómo quería vivir, sino de lo que quería aprender”.
Su perspectiva cambió cuando conoció a Himelda Ugalde, quien trabajaba en Grupo Posadas, y vio atributos en felipe para dedicarse a la industria de la hospitalidad: “Identificó algo en mí y me expuso al mundo fascinante de la hospitalidad, a diferencia de lo que entendíamos como turismo en México hace más de 30 años. Le estaré eternamente agradecido, que en paz descanse”.
Otro factor fue crecer en un círculo familiar unido y activo. “Nuestra casa fue un punto de reunión, cada semana había comida o cena. Mis padres fueron excelentes anfitriones, la cocina y hospitalidad de mi madre marcó un alto estándar de atención. Mi rol era que todos tuvieran su bebida favorita, música, y apoyaba a mi madre en todo, ¡extraño esos tiempos! Valoro esos momentos que me conectaron a la hospitalidad genuina”.
La decisión de estudiar hotelería en España tuvo retos, iniciando por su padre, “un profesional ejecutivo estricto”, según las palabras de felipe, que dudó de cuán solvente podía ser una carrera de hospitalidad. Decidido a seguir su pasión, investigó en varias universidades hasta convencerlo. Finalmente viajaron hacia la universidad Les Roches en Marbella. Su padre, no sólo lo acompañó en la inducción, sino que también se enamoró del proyecto.
Jesús: ¿Pensaste que habías tomado la decisión correcta o te enfrentaste a las típicas dudas del adolescente?
Felipe: “Nunca lo dudé. Desde el día uno que toqué tierra en Marbella y me trasladé del aeropuerto de Málaga a Puerto Banús, donde estaba el campus, reafirmé esa decisión. Hasta la fecha soy un soldado del turismo. Tú conoces bien lo que es un hotel, no solo son diferentes áreas, son comunidades. Tenemos todos los estatus socioeconómicos, personas con diferentes niveles de educación y culturas, bajo ese techo tienes la oportunidad de colaborar, aprender y aportar”.
Jesús: Evolucionando en tus estudios; luego de recibirte, ¿regresaste a México?
Felipe: “Quería estar en la cancha. Mi padre me brindó el apoyo económico que me permitió enfocarme en la cotidianidad de la operación hotelera. La universidad me ayudó, porque tiene vínculos con cadenas de hoteles. Obtuve experiencia en diferentes áreas, como alimentos y bebidas, recepción, mantenimiento, ama de llaves, ventas y administración. Estas capacitaciones las realicé en diferentes hoteles y en más de un país. Mi misión era llegar a una posición de liderazgo, respetando la curva de aprendizaje”.
Jesús: Y de repente, Los Cabos.
Felipe: “El Bahia Hotel & Beach Club con el terreno adyacente fue adquirido por un grupo de inversionistas norteamericanos. Uno de los socios fundadores, Lee Vosburgh, encontró la oportunidad de adquirir esas propiedades que tenían arraigo y excelente ubicación en Playa El Médano. Entre 2004 y 2007, Los Cabos experimentó un crecimiento de inversión extranjera. Aprovechando esto, los inversionistas compraron una propiedad para desarrollar un condo-hotel en un terreno de 5,000 metros cuadrados. También buscaron propiedades aledañas para crear una comunidad y un distrito peatonal. En 2009,mis socios y yo nos comprometimos con un nuevo plan: reinventar el Hotel Bahia, abrir un restaurante de servicio completo, Bar Esquina, y regresar al modo de desarrollo cuando fuera el momento adecuado”.
Jesús: ¿Cómo comenzó tu operación en Bahia Hotel & Beach Club?
Felipe: “El grupo de inversionistas de Nueva York me invita en diciembre del 2007 a liderar el desarrollo de proyecto de un condo-hotel de 180 unidades. A finales de 2008 tomamos la decisión de frenar la construcción, debido al impacto económico de nuestro principal mercado en Estados Unidos. Sin embargo, estábamos en una situación privilegiada, sentados en activos con gran potencial y no teníamos deuda. Luego, identificamos una oportunidad en un hotel que no operaba, el Hotel Bahia que contaba con 89 unidades. Empezamos menos de 15 colaboradores en 2008, y hoy somos 300. Era un lugar con una energía fantástica y una vocación hotelera sofisticada. No tenía planes de mudarme, había comprado una casa en Los Cabos, mi familia estaba contenta y teníamos nuestra segunda hija en camino”.
Jesús: A pesar de las crisis y retos coyunturales, la marca está creciendo; es reconocida y ha ganado premios, tiene clientes que dan fe de su calidad. Sabemos que el éxito se logra con otros, porque el equipo juega un papel crucial para impulsar el liderazgo. ¿Cómo te sientes con el equipo que colabora contigo?
Felipe: “El equipo de trabajo actual y todos los que han formado parte de Grupo Bahia, no son solo colaboradores, sino individuos que formaron parte de un equipo multidisciplinario con un alto sentido de propósito. La contribución de todos y cada uno ha sido esencial para el desempeño de nuestro negocio y, lo que es más importante, para los altos estándares de hospitalidad en Los Cabos. El Hotel Bahia, Sur Beach House, Bar Esquina, The Sandbar y Billygans están ubicados en el corazón de Playa El Médano, esa área tiene la mayor cantidad de visitantes diarios en comparación con cualquier lugar en Baja California Sur. Como parte de la Asociación de Empresarios del Médano, así como “Stewards of this Land”, estamos comprometidos a trabajar en conjunto con las autoridades para garantizar que nuestros huéspedes, proveedores, prestadores de servicios y colaboradores, somos casi 400, sigamos orgullosos y protejamos Playa El Médano para las próximas generaciones”.
Jesús: Hablando de El Médano, han consolidado Bar Esquina como el punto de reunión favorito para la gente local y visitantes, ¿cómo encontraron ese lugar?
Felipe: “Esa esquina no estaba ni pavimentada, era un jardín oscuro, a las 6:30pm ya no había luz. En 2009 decidimos crear un restaurante original, no queríamos parecernos a otro concepto, buscábamos una identidad propia. Nos enfocamos a los locales que, como yo, buscábamos salir y tener una conexión genuina con la comunidad y con un turismo que aprecia la experiencia de un restaurante local y divertido. Aun en etapas de recesión, teníamos la certeza de que pudiera ser atractivo para el mercado.
Puedo decir que hemos sido afortunados, desde la apertura en 2010, hemos logrado superar año con año nuestras expectativas, siendo un lugar que brinda una oferta gastronómica, música en vivo, ambiente social atractivo y una gran selección en nuestro programa de bebidas. Más relevante aún, se trata de donde hemos hecho lazos de amistad durante los últimos 14 años, y precursor de Sur Beach House, así como parte fundamental de la experiencia de nuestros huéspedes del Hotel Bahia”.
Jesús: ¿Estás satisfecho con lo que has conseguido?
Felipe: “Me siento orgulloso y motivado por lo logrado, sobre todo con quienes he compartido este camino. A lo largo de mi carrera tuve momentos difíciles, no solo conmigo mismo, sino también con aspectos relevantes de mi entorno, pero todo es aprendizaje. Se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Soy el tipo de persona que busca algo más que logros rápidos, sino crear oportunidades que mejoren la vida de los demás junto con la mía. Si llego a detectar que estoy cómodo, me cambio los zapatos por unos más apretados, creo incomodidad e impulso para descubrir que hay más allá. Aún no he llegado a donde quiero, seguir buscando es parte del juego”.