La historia comienza en el año de 1847, fecha de la intervención estadounidense a México. Se dice que las tropas de Estados Unidos enviaron a San José del Cabo un navío de la armada llamado “Portsmouth”, que era capitaneado por John M. Montgomery. Contaba con una tripulación compuesta por 14 hombres, quienes se apoderaron del pueblo, instalándose en la Casa Cural (ahora Casa de la Cultura “Prof. Alfredo Green González”). Desde esa sede pidieron la rendición de las autoridades locales y la entrega de toda propiedad pública a los Estados Unidos.
Ante la inconformidad, hubo personalidades locales que se organizaron para levantarse en armas y luchar contra los invasores. Durante el mes de octubre se organizó en San José del Cabo una manifestación en contra de los invasores estadounidenses; arrancaron la bandera norteamericana y expulsaron a los americanos civiles que vivían ahí. El entusiasmo popular había crecido entre los josefinos después de la victoria en Mulegé contra los mismos oponentes.
Los registros históricos relatan las fascinantes peripecias del comandante Shubrick, jefe de las fuerzas navales estadounidenses en el Pacífico. Dejó una tropa de 24 hombres a las órdenes del teniente Charles Heywood con provisiones para un mes. Sin embargo, Heywood se resguardó en la Casa Cural murando las puertas y ventanas, dejando solo troneras (muro o muralla desde donde se disparan con protección armas de fuego); también levantó un barandal en los techos y abrió un túnel para comunicarse con los edificios que le servían de apoyo, como la casa de la familia Moüet y la parroquia de San José del Cabo Añuití. Curiosamente, tuvo interés en mantener el contacto religioso, a pesar de que en ese momento la iglesia permanecía cerrada por la guerra.
Y ahora, alrededor de la plaza central, teniente José Antonio Mijares, en San José del Cabo, corre la leyenda de que existen conductos subterráneos que conectan algunos de los inmuebles josefinos. Algunos incluso afirman haber visto entradas. ¿Crees que estos túneles permanezcan?