Marisa Comella Por Laura Bueno

“Estar en Los Cabos Children’s Foundation es una vocación y seguiré aprendiendo para hacerlo cada vez mejor.”

Elegancia y serenidad son el escenario de esta entrevista en la que se dieron cita Marisa Comella, presidenta ejecutiva de Los Cabos Children’s Foundation(LCCF), y Laura Bueno, miembro del consejo editorial de Tendencia, miembro del consejo de LCCF, abogada, traductora y escritora. La luz entra diáfana en Nicksan Palmilla. Las palmas parece que pudieran tocarse tras los ventanales desde donde se ve el Golfo de California.

Marisa Comella estudió Relaciones Internacionales especializada en Política Internacional. En 2015 asumió la dirección ejecutiva de Los Cabos Children’s Foundation con el fin de consolidarla como una organización en la comunidad de Los Cabos y con el principal anhelo de ayudar a niños y niñas de Baja California Sur que requieran el apoyo para una mejor calidad de vida a través de la salud.

Hace 22 años no existía en Baja California Sur la posibilidad de atención médica para niñas, niños y adolescentes con cáncer, hasta que, gracias al interés de Tom Walsh se dio el primer paso para establecer lo que ahora es: Los Cabos Children’s Foundation. Al inicio solo se enfocaban en el tratamiento para cáncer y luego se fueron sumando otros servicios médicos, psicológicos, terapias ocupacionales, nutrición, hospedaje y transporte, gracias a la generosidad de los donantes.

“Tom Walsh llegó hace más de 25 años por primera vez a Los Cabos y se enamoró del lugar, como muchos de nosotros que venimos de otros lados. De inmediato entendió que él tenía una misión en este lugar tan bello que le daba la bienvenida para tener un segundo hogar. Él traía experiencia en el tema de filantropía. Había sido voluntario y donante de Make a Wish Foundation, una organización conocida a nivel mundial. Hasta que conoció un caso de cáncer infantil. Entonces, surge esa primera chispa por ayudar a su nueva comunidad en Los Cabos”, cuenta Marisa.

Tom empezó a hablar con sus amigos y a pedirles que se unieran a la causa. Comenzaron los eventos de recaudación y el propósito tomó forma. Tom tenía una misión, pero solo no podía avanzar. Para abrirse paso necesitaba de las manos de otras personas y ver posibilidades para la creación de Los Cabos Children’s Foundation.

“Ha sido una enorme fortuna trabajar aquí, abrir esa puerta. Creo que me movió, primero, la vergüenza. Llevaba viviendo en Los Cabos 7 u 8 años y, te soy sincera, como mexicana sentí vergüenza cuando supe todo lo que estaba sucediendo. También, porque yo no estaba haciendo nada al respecto. Esa fue mi motivación para comenzar”, recuerda Marisa

Laura: Cuando llegamos a los cabos, yo en el año 2001,tú cerca del 2007, éramos madres de familia, con niños en preescolar y primaria. Las etapas de la vida van cambiando, y creo que cuando ingresas a Los Cabos Children’s Foundation ya estabas en un momento en que podías enfocar tu atención a otra responsabilidad. Entiendo el punto de sentir vergüenza sobre este tema, porque nos falta tiempo para involucrarnos y creo que a todos nos pasa. Son etapas en donde te concentras en tu familia y, posteriormente, ya puedes aportar a la comunidad y eso es muy valioso.

Entonces Tom Walsh crea LCCF y es hasta el tercer intento que saca adelante a un niño que padece cáncer. Pero perseveró y se involucró e integró a la comunidad de los cabos para crear lo que es ahora es la fundación. Cuéntame, ¿cómo podemos cooperar?

Marisa: “Somos una organización sin fines de lucro tanto en Estados Unidos como en México, eso nos da la posibilidad de darle la deducibilidad a cualquier donante en ambos países, lo cual nos ha permitido crecer hasta el día de hoy, multiplicar nuestros programas y la cantidad de niños alcanzados. Nos enfocamos básicamente en la salud y el bienestar de la niñez.

Creemos que la salud es integral, que incluye, no solo lo físico y la ausencia de una enfermedad, sino también lo mental y lo social. El cáncer fue la primera motivación de Tom y de sus amigos, pero después vinieron temas de corazón y otros de salud crítica, o sea, malformaciones de todo tipo, insisto, que no podían ser resueltos aquí. Una familia tenía que salir de su ámbito social y escolar, inclusive separarse, porque aquí no se podían atender.

Los Cabos Children’s Foundation lleva 22 años apoyando la niñez y adolescencia en Baja California Sur. Alcanzamos temas de nutrición, salud mental, discapacidad y también temas de prevención. Este año se invertirán 64 millones de pesos para favorecer 40 programas sociales en Los Cabos. Me incorporé al consejo directivo hace casi 10 años, cuando la organización buscaba mostrar en su segunda década, una visión más arraigada en la comunidad, incluyendo a residentes extranjeros. Los primeros 10 años de la fundación se enfocaron en darle acceso a la salud a niños, niñas y adolescentes. Aquí no se contaba con servicios especializados para la niñez. Entonces todo el apoyo de la organización era fuera del Estado.

En la segunda década se hicieron esfuerzos por hacer alianzas en La Paz, donde funcionaba el Hospital Salvatierra. En ese momento, la organización da un giro. Los beneficiarios automáticamente se multiplicaron porque de entrada ya estábamos apoyando programas de carácter a nivel estatal, no solo en Los Cabos.

LCCF apoya a diferentes organizaciones de la sociedad civil como Red Autismo, Casa Hogar de Cabo San Lucas, Casa Ramé, Comunidad Autismo, Niños del Capitán, Equinoterapia Hossana, Centro de Integración Juvenil (CIJ), que atiende adicciones en niñas, niños y adolescentes. Y también otros programas que no están en Los Cabos, como el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT) en La Paz.

Hace unos meses, se colocó la primera piedra para la construcción de un CRIT en San José del Cabo, brindando así una esperanza para atender a 350 menores con discapacidad y también, es un gran aliciente a los padres para que no tengan que desplazarse largas distancias a las terapias”.

Laura: ¿Cómo se asignan los recursos económicos?

Marisa: “Trabajamos a través de una convocatoria anual durante el mes de febrero. Hacemos un llamado a través de los medios, de nuestras redes sociales y de organizaciones para decir que estamos listos para apoyar nuevos proyectos. Y empieza un proceso largo y exhaustivo de evaluación.

En primer lugar, sometemos los proyectos a un proceso de postulación, donde evaluamos los aspectos fundamentales de la organización que ejecuta el programa. Revisamos sus objetivos, lo que quieren lograr y qué presupuesto tienen.

Consideramos todos los aspectos que hacen posible un proyecto, desde lo financiero hasta lo operativo. Invitamos agente de la comunidad a que nos ayude a evaluar, les damos una capacitación, les decimos cuáles son los criterios importantes para nosotros, y qué es lo que deben de tener estos proyectos para que reciban el apoyo de LCCF. En una tercera etapa, el Consejo Directivo hace el análisis final. Este año esperamos alcanzar a 16.000 niños con esta ayuda”.

Laura: ¿Cómo se administran los recursos?

Marisa: “Afortunadamente, hace unas semanas pudimos anunciar la decisión del Consejo Directivo para invertir este año cerca de 32 millones de pesos en 40 organizaciones o programas que benefician a 16.000 niños y niñas. Entonces lo que hacemos es armar un plan. Alrededor de marzo, abril, mayo y junio es nuestra época de planeación. En ese plan involucramos a todas las áreas de la organización, que básicamente son tres, y cada una tiene su contraparte en el Consejo Directivo. Tenemos un área de recaudación de fondos que se dedica a buscar recursos en la comunidad a través de donativos o de eventos con causa”.

Laura: ¿Qué desafíos encuentras en tu quehacer diario?

Marisa: “Un tema es la crisis de talentos, pero creo que es más bien el desconocimiento, porque muchas personas sin ninguna experiencia, me cuento entre ellas, al descubrir el trabajo profesional en una organización civil, deciden quedarse. Para mí es una vocación y seguiré aprendiendo cómo hacerlo mejor.

El segundo desafío es lidiar con el “no”. Uno pensaría que,“híjole, sí, Los Cabos Children’s Foundation hace cosas maravillosas y lo hace de una manera excelente y transparente”, y piensan que todos nos dicen que sí, ¿verdad? Pues, no, desafortunadamente. Entonces hay que lidiar con esa frustración y aun así perseverar.

Y el tercer desafío es tener un Estado bellísimo, bendecido con atractivos naturales, con crecimiento económico, y ver que nos hemos quedado atrás en lo social, en infraestructura, en servicios de educación, de salud y de bienestar. ¡Ganar esa carrera es un desafío inmenso!”.

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