Antonio Federico Arce Barrera

Antonio acompañaba a su padre en una pequeña embarcación sin motor, comenzó a visitar Puerto Chale desde los siete años. En ese entonces, no habitaban muchas personas, sino que venían desde los ranchos de alrededor para realizar actividades de pesca. Desde entonces, es residente de esa comunidad pesquera donde crecieron sus 10 hijos.

Mero, robalo, callo de hacha, camarón y almeja son algunos de los productos que más extraían del mar. Antonio define la pesca en Puerto Chale como una de las actividades más bonitas que realizaban en su infancia. Incluso recuerda que embarcaciones provenientes de otros lugares visitaban este puerto, donde el viento y el sol son una constante, para adquirir pesca fresca.

En la memoria de Antonio persisten recuerdos en los que aquellas personas que llegaban a Puerto Chale descansaban a la orilla del mar.  Los jóvenes de entonces se dirigían a los manglares, simplemente a gozar del lujo simple que provee la naturaleza. Nos comentó también que, una de las razones por las que la población es tan escasa es debido al tema del agua, pues la gente acarreaba el vital líquido desde las rancherías en cubetas que transportaban en el lomo de los burros.

Eventualmente, más familias se mudaron a Puerto Chale, especialmente cuando comenzaron las actividades relacionadas al avistamiento de ballenas, hace aproximadamente cuatro años. La población se compone, principalmente, por familias que provenían de la ciudad de La Paz y sus alrededores.

Antonio define la vida en Puerto Chale como tranquila y que mantiene su desarrollo en ascenso. Cree que continuará cambiando a lo largo de los años y que tiene mucho que ofrecer a los viajeros que buscan un lugar remoto inmerso en la naturaleza.

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